Capítulo 8

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Mariangel había decidido quedarse.

Entendía que Alexander tenía razón cuando le dijo que donde más segura estaba era en esa casa.

Habían pasado una semana sin dirigirse la palabra. Ella iba de la casa a la universidad sin hacer paradas en el camino y siempre acompañada de cinco hombres que la vigilaban todo el tiempo, no volvió a recibir llamadas amenazantes y comenzó a relajarse un poco en cuanto a ese aspecto.

Hablaba por videollamada con Jabi y Leticia y al parecer lo único que iba bien en su vida era su empresa. No había contestado a los intentos de contactarse de su madre, aún no estaba preparada para enfrentarla, pero sabía que tenía que hacerlo pronto o tomaría un vuelo e iría a hablar en persona.

También había realizado unas llamadas más satisfactorias en función de vengarse de Mariana Castro.

Alexander irrumpió en su cuarto.

_ Podrías tocar la puerta, que esta sea tu casa no te da derecho a entrar así_ dijo ella con desprecio

_ si te preocupa que te vea desnuda, puedes estar tranquila solo con cerrar los ojos recuerdo cada parte de ti. Que no te vea no cambia que eres mía.

_ ¿Qué quieres?_ dijo ella entrecerrando los ojos.

_ No crees que fue demasiado amenazar con destruir la carrera del jefe de Mariana para que este la corriera_ dijo el con reprobación.

_ Así que funcionó_ dijo ella con una sonrisa triunfal.

_ Por supuesto que funcionó nadie quiere meterse con el apellido Sandoval, todavía sigue siendo muy poderoso y abre muchas puertas al igual que las cierra, tú sabes eso.

_ Y veo que corrió a llamarte_ dijo ella con sonrisa cínica

_ No, yo la llamé para averiguar sobre las fotos y reprenderla por lo que hizo y entonces me contó sobre lo que hiciste.

_ ¿reprenderla?_ dijo ella enojada_ dijo que eras un mujeriego empedernido y a mí me hizo quedar como una zorra ¿Y tú solo la llamas para reprenderla.?_ gritó ella como si no creyera lo que él acababa de decirle.

_ Estaba arrepentida. Me dijo que las fotos las dejaron en un sobre frente a su puerta y no pudo ver quien fue, me pidió perdón, es la hermana de mi mejor amigo y me suplicó por ayuda, su carrera lo es todo para ella y no soporta pedirle algo a su hermano, es muy orgullosa.

_ Al parecer pierde el orgullo contigo. _ dijo ella levantando un ceja _ Mira, ella no es nada mío, y a mí no me pidió perdón, lo hizo contigo porque te quiere y no quiere que la veas tal cual es._ dijo acercándose a él _ dime por favor que no la ayudaste_ dijo con un hilo de esperanza en su voz.

_ Sí, lo hice, le conseguí un trabajo en otro canal. _ dijo él con calma.

Los ojos de Mari comenzaron a llenarse de lágrimas.

Alex intentó tocarla pero ella lo detuvo.

_ Sal de la habitación_ le dijo
Alexander la miró con tristeza y luego salió de la recámara.

Mariangel lloró todo el día hasta quedarse dormida.

Al otro día se levantó dispuesta a no derramar una lágrima más por Alexander, se vistió, se arregló como hace días no lo hacía y salió a la sala para encontrarse con el presidente y la primera dama sentados frente a Alexander.

Mari saludó educada.

_ Hola Mariangel _ dijo Lucía_ tenía muchas ganas de volver a verte, no había podido porque después del incidente ocurrido en mi cumpleaños todo ha sido una locura y no he podido salir de casa.

Nunca Te Dije Que Te QueríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora