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Capitulo 1: El comienzo

Capitulo 1: El comienzo

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Avariciosa

Eso era lo que pensaba Yelena mientras le servía la comida a Olga. La pelirroja rezaba todos los días para que algo malo le pasara a la señorita Volkov.

Cada día que pasaba sirviendo a Olga, Yelena sentía crecer en su interior una mezcla de envidia y determinación. No podía aceptar que su destino estuviera sellado en la servidumbre; estaba decidida a encontrar una manera de ascender y reclamar la vida que creía merecer. Confiaba en que los buenos tiempos aún eran desconocidos y que estaba cerca de convertirse en quien estaba destinada ser.

La mayor de las mujeres examino la comida buscando alguna equivocación en ella para reprochárselo. Pero como de costumbre, no encontró nada. Recordó cuando Olga y ella solían ser inseparables. 

—Puedes retirarte, Yelena. Ve a cuidar a mis hermanos —dijo la rubia fríamente. 

La frialdad en la voz de Olga era un recordatorio constante de su posición inferior. Cada orden, cada reproche, avivaba el fuego de la rebeldía en el corazón de Yelena.











( . . . )

Recorrió los pasillos y se detuvo en frente de una puerta de color azul. Toco la puerta y espero a que una mujer de cabellos rubios le abriera como de costumbre. A los segundos María abrió la puerta y le sonrió.

—Yelena, querida. ¿Cómo has estado? —dijo amablemente la mujer mientras le incitaba a pasar al elegante salón.

—Todo ha estado bien, señorita Volkov.

—¡Yele! —Se escucho un grito de una niña de 10 años del otro lado del habitación. Nadya corrió directo a sus brazos y la pelirroja la abrazo con todas sus fuerzas —Te he extrañado mucho.

—Y yo a ti.

Nadya era la segunda hija de María y Pedro y, sin duda, su Volkov favorita. Se tuvo que ausentar un tiempo en su trabajo porque salir de su casa al amanecer para empezar a trabajar, irse a la tarde para ir a la misa de su padre y volver de noche a su casa había cobrado factura y cayó enferma. Mientras abrazaba a la niña pudo escuchar la puerta cerrarse y María yéndose por ella.

Se separó de Nadya y se dirigió a la cuna en donde yacía el pequeño Viktor. Estaba durmiendo pacíficamente y no se animo a levantarlo. La tarde se la paso jugando con Nadya y intentando que Viktor diga sus primeras palabras hasta que se hizo la hora de ir a misa.

𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐲 ©Where stories live. Discover now