¿¡Serenata!?

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Los pongo en contexto...

Eddie y yo desde que nos conocimos siempre tuvimos una especie de conección más aya de amigos.

Una vez me invitó a jugar calabozos y dragones, dijo que sería divertido, lo cual fue cierto hasta que por accidente tire una vela de las que estaba en la mesa y se quemó el tablero.

Pobre chico jamás lo había visto tan triste, pero descuiden al poco tiempo compro uno nuevo. La desventaja es que cada que juegan me alejan de cualquier cosa que pueda poner en riesgo el juego, porque para ellos es bastante serio e importante.

Recuerdo la vez que me invitó un helado al centro comercial, ese día fue increíble...

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-Eddie cual es tu helado favorito?- pregunté al chico.

-Ammmmm supongo que el de menta, no lo sé, me gusta mucho también el de banana con chocolate, NO! Me gusta más el de coco...o el de chocolate? No podría decir uno, me gustan mucho todos- Dijo con una sonrisa en su rostro.

-Oh vamos! No es tan difícil escojer uno...- Dije riéndome.

-Ah si? Si es tan fácil dime tú favorito.- volteo a verme con duda en su rostro.

-Facil, el de mango con piña colada- dije con una sonrisa y un toque de ironía.

-Oh ese lo probé una vez y está delicioso- dijo ladeando su cabeza ligeramente.

-¿Que puedo decir? Tengo muy buenos gustos- dije riéndome.

-Aja...por eso te gustó yo...- dijo el volteando a un lado contrario dónde estaba.

-¿Que?- dije con notoria sonrojada.

-¿Que?- dijo el muy tranquilamente.

-¿Que les ofresco?- dijo la señorita de la paletería.

-Serian dos helados, por favor- dijo Eddie hacia la señorita.

-Claro, serían dos dólares por favor-

Mientras yo observaba como Eddie pagaba los helados seguía pensando que le había hecho pensar que me gustaba. A lo que tengo entendido nunca le di una señal que me gustará, sueño ser muy discreta cuando alguien me gusta, y ¿Que si Eddie me gusta? Claro que sí, pero prefiero que el de el primer paso.

-¿De que serían sus helados?- pregunto la señorita con la espátula en su mano.

-Ammm uno sería de choco-menta y el otro de...- no termino su frase ya que me volteo a ver

-Y el otro de Mango, por favor- dije volteando a verlo a los ojos también.

En serio este chico tiene una mirada única, jamás había notado su hermosa sonrisa.

-Aqui tienen, buen provecho- dijo la señorita entregándonos los helados.

-Gracias- dijimos ambos saliendo del trance.

Salimos de la paletería y nos sentamos en una banca para dos personas, mientras platicábamos sobre cualquier cosa que saliera a flote, me contó que un día fue a pescar con un amigo y que se cayeron del bote porque el pescado que tenían empezó a saltar como loco.

-Fue muy divertido, el pescado literalmente recorrió el bote saltando en menos de cinco  segundos, cuando Kevin y yo ya estábamos en el agua asustados- dijo riéndose a más no poder.

-Eddie! Pero es solo un pescado inocente!- dije riéndome.

-Lo se, pero creme que fue por instinto de repente ya estaba en el agua-

Eddie Munson •ONE SHOTS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora