𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒

⋆ ࣪𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗖𝗶𝗻𝗰𝗼⋆ ࣪

— ¡Elsa! — grité y ella volteó a verme. Corrí hacia ella para ver qué estaba haciendo, ví que a lo lejos estaba observando a alguien.

— ¡Anna! — sonrió. — ¿Estás feliz?, Se nota en tu rostro.

— Algo así — dije calmando mi respiración agitada. — ¿Que estás haciendo? — pregunté y ella señaló a las dos personas que estaban en frente de ella caminando.

— Solo miro a las personas — contestó. — ¿Estás libre? — asentí aunque no lo estuviera. — ¿Quieres caminar?

— Bien — Elsa empezó a seguir a las personas pero no le di mucha importancia.

— Y dime Anna, ¿Cuando será la fiesta?

— En una semana — respondí a su pregunta.

— Entonces si le atiné — rio. — Si vas a cancelar, dímelo unos días Antes.

— Sobre eso, ¿Tienes algún número para que te pueda marcar? — ella negó. — ¿Y como te avisaré?

— ¿Entonces si vas a cancelar?

— Solo es por emergencia — reí. Elsa se detuvo y me miró fijamente.

— No tengo un celular Anna, espero que eso no pueda molestarte.

— ¿Por qué lo haría?, Es mejor a la antigua, ¿Verdad? — ella asintió con una sonrisa en sus labios. — Elsa, voy a dejarte. Te dejaré acosar esas dos personas de allí.

— No hago eso — empezó actuar nerviosa pero lo ignoré. — Pero está bien, podemos vernos más al rato o mañana.

— Estará bien mañana.

— Okey.

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— Anna, hacer amigos nuevos no te hace querer renunciar a los otros — mi madre comentó mientras preparaba la cena. — Deberías buscar otros amigos y no quedarte con los mismos.

— Pero es difícil, me resulta imposible.

— ¿Que te resulta imposible? — preguntó mi papá uniéndose a la conversación.

— Le dije a Anna que debería ser amiga de otra persona. Pero ella dice que hacer amigos no es lo suyo

— Y tengo razón — incluí. — No puedo y no quiero.

— Si Anna no quiere hacer amigos, déjala. Por ahora ella tiene que ir a la fiesta de bienvenida.

— ¿Debo ir? — pregunté, hace unos días les dije a mis padres que no quería ir a esa estúpida fiesta.
— No es necesario que yo vaya...

— ¿No quieres cenar pizza ese día? — preguntó mi mamá. — Pensé que si...

— ¡Ahora quiero ir! — Mis padres soltaron una carcajada. Me tuve que salir de la cocina para ir a la sala y encender el televisor. ¿Que podría ver ahora?, ¿Una película de terror o de amor?
— Lo que sea está bien...

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En la mañana siguiente tuve que ir a la florería para ver nuevamente a Elsa. Por suerte mis padres no estaban así que ella estuvo conmigo todo el tiempo.
Hablamos de todas las cosas común que tenemos.

Tuve intriga sobre su familia, ella solo me respondía que vivía en una gran familia pero a veces no.

Así que yo pienso que esta chica se escapa las veces que sea posible, o tendrá problemas.

— Dejemos de hablar de mi, ahora te toca — comentó. — ¿Por qué no estás estudiando?

— Porque me tomé un año de vacaciones — respondí sentándome en frente de ella.

—¿En serio?, Yo creo que tuviste un problema y te saliste de la escuela.

— Bueno... No fue así — murmuré. — No me sentía bien.

— ¿Reprobaste?

— ¡No!

— Dejaré de preguntar. Pero yo tampoco voy a la escuela, como dije a mi me dieron unas vacaciones.

— ¿Hasta cuándo? — pregunté y ella no respondió. — ¿Ves? Tu tampoco quieres decir nada.

— Porque no estamos hablando de mi, solo de ti.

— Te lo contaré algún día — comenté y ella sonrió.
— ¿Que vas a llevar el cumpleaños de mi amigo?

— Sobre eso, ¿Es necesario que yo lleve un regalo?

— No, no hace falta. Le diré que mi regalo es parte de las dos.

— Gracias — agradeció con una sonrisa.

Seguimos conversando y no me percaté que ya era un poco tarde. Mis padres no regresaron a la florería así que tuve que cerrar por mi cuenta.
Elsa se quedó todo el tiempo conmigo y no sé quejó de nada, eso me agradó de ella.

Ahora creo que ella le gusta la compañía.

— ¿Tienes hambre? Podemos cenar en mi casa o buscar...

— En tu casa está bien — respondió interrumpiendome. — Se que tus padres quieren conocerme, no quiero que piensen que su dulce hija esté con una chica peligrosa — rio. — ¿Puedo ir?

— Claro que sí — sonreí. Empezamos a caminar a la dirección de mi departamento, no tardamos mucho y ya estábamos en el. Pude notar que Elsa no estaba nerviosa, se sentía con una seguridad en ella misma. — Antes que nada quiero decirte que mis padres tienen un humor diferente que todos, así que no te molestes por eso.

— No te preocupes — volvió a sonreír. Entramos al departamento, y escuchamos que mis padres estaban conversando entre ellos.

— ¡Anna! — mi papá salió de la cocina y nos vió a las dos. — Oh...

— Buenas noches, soy Elsa y soy la amiga de Anna

— Es un gusto conocerte — dijo mi papá. — Anna nos habló de ti y queríamos conocerte. Por favor siéntate, estás en tu casa.

— Muchas gracias — en ese momento mi mamá salió y saludó a Elsa. Ella se ofreció ayudarla, mientras tanto mi papá y yo nos pusimos hablar entre nosotros.

— ¿No dijiste que era un indigente? — preguntó susurrando. — Parece una modelo, como en las revistas.

No evité en reírme.

— Es linda, y es una buena persona — comenté observandola a lo lejos. Me levanté y caminé hacia ella. — Elsa, vamos a mi habitación.

— ¿Puedo ir? — le preguntó a mi mamá y ella asintió. La llevé a mi habitación para que conversáramos un poco antes de cenar.
— ¿Esta es tu habitación? Es muy linda.

— Gracias

— Pensé que sería rosada pero es linda — rio. Ella se sentó en la cama y empezó a observar todo lo que tenía. — Tu laptop está aquí

— ¿Quieres ver algo? — pregunté, ella me entregó el portátil y asintió.

— ¿Puedo conocer a tus amigos? Supongo que tienes fotos de ellos — asentí, pues ella tenía razón. Me senté a lado de ella, abrí mi laptop y esperé a que cargara el inicio. Cuando fue así, ingresé a una carpeta donde tenía todas las fotos y videos de mis amigos.

— Ellos son — dije enseñándole una foto de todos nosotros. — Y ahí estoy yo — reí, ella tomó mi laptop y empezó a ver todo con detenimiento.

— Es muy lindo, ¿Ahora ellos están en tercero? — asentí. — Estás fotos son desde el inicio que ingresaron a la escuela o... —

— Si, también tengo de segundo grado — dije mostrándole lo demás. — Somos pocos pero éramos algo.

— ¿Y que pasó?

— Ya no me sentía bien con ellos, así que me separé. Ahora solo hablamos pero mínimo.

Escuché que mi padre nos estaba llamando para cenar, así que salimos de la habitación para ir al comedor.