⛸️;; 3

231 28 4
                                    

Por más que intentó quedarse con sus amigos en algún punto había tenido que salir de la pista y tristemente parecía ser que todos tenían algo que hacer. Al final se quedó con Yuta hasta las diez de la noche que fue el momento en que este lo despidió diciendo que se largará a su departamento. No pudo hacer más que obedecer.

Ahora eran las once de la noche, había llegado a su departamento y había entrado a ducharse al instante, ya había comido en casa de Yuta así que solo se preparo un té luego de la ducha, organizo su tarea ya hecha e incluso intentó mirar por la ventana para despejar su mente, pero el muro de ladrillos que daba con su ventana no era para nada atractivo.

Su celular y la nota estaban sobre su pequeña mesita gritándole por un poco de atención.

Suspiro llevando su mano a su frente ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Agregar a Liu? ¿Decirle que fuese a su lugar? ¿Para que? ¿Para hablar? ¿Para tener sexo?

Era inútil, era innecesario volver a hablar de eso, sin embargo, ahí estaba de rodillas frente a su mesa asegurándose de colocar el número correctamente. Tomó una respiración cuando guardó el contacto como "Liu" y fue hacia los mensajes para hacerle saber que ya lo había agendado.

[Liu]

Hey, Liu.<

Bloqueo su celular y se dispuso a mirar hacia las notas que tenía pegadas en la pared mientras esperaba, ya eran viejas, tenía que quitarlas de ahí y... Llegó un nuevo mensaje. Tomó el celular al instante y abrió el mensaje.

[Liu]
>

¿Las 11 de la noche? Es un poco tarde.
>Mándame tu dirección.

Frunció el ceño ante eso pero de todos modos le envío su ubicación al pelirosa, quizás querría ir a su lugar a crear un acuerdo sobre no decir nada de lo que había pasado y él estaba de acuerdo, sería una gran vergüenza que alguien supiera lo que hicieron, alguien más específico alguno de sus compañeros. El menor le envió un emoji a lo que frunció el ceño molesto, odiaba esas cositas.

De todos modos solo le quedó esperar, se cruzó de piernas intentando pensar cómo hablarían de eso sin que resultara incómodo pero luego se recordó tomar unas cuantas respiraciones y hacerlo casual, era Liu YangYang así que debía ser un poco agresivo por ley. Se mantuvo tan absorto en sus pensamientos que se asustó bastante cuando la puerta de su dormitorio fue tocada. Tomó una respiración poniéndose de pie y cuando se vio asimismo casi corriendo para abrirle la puerta se detuvo y regresó tres pasos para luego caminar, cuando escuchó que la puerta fue tocada con más fuerza sonrió y abrió.

-¿Por qué tardas tanto?

-Son más de las once, tengo vecinos así que no deberías tocar la puerta de esa manera.-se cruzó de brazos dejándolo pasar.

-Creí que te habías dormido.-respondió encogiéndose de hombros.

YangYang entró y miró su lugar con detenimiento, no sabía si los rumores eran ciertos pero había escuchado que la familia de YangYang era adinerada así que suponía que el peli rosa definitivamente vivía en un mejor lugar que el suyo, el dormitorio de Ten era de un solo piso, la única puerta era la del baño y habían tres escalones que dejaban saber cuál era la habitación y cuál la sala, en la esquina estaba la cocina y el desastre de sus apuntes más sus diferentes patines hacía que todo se viera incluso más pequeño.

-Liu, yo realmente...-YangYang lo miró y luego quitó su chaqueta antes de girarse y caminar hacia su cama y sentarse ahí.-¿Qué estás haciendo?-preguntó con cautela.

-Ven.

Ten casi se ahoga con su propia saliva porque esto lo estaba golpeando de una manera diferente, sus ojos lo miraban como si quisieran atravesarlo y no de la manera que lo hacía cuando ellos llegaban y les decían que ya debían salir de la pista o como aquella vez que fueron con el decano para que les hiciera vestidores diferentes, era totalmente diferente, la mirada y lo que él estaba sintiendo ahora.

-¿Qué?

-Solo ven, Chittaphon.

Ten tomó una disimulada respiración y lo más despreocupado que pudo subió los tres escalones para llegar hacia el pelirosa, su sorpresa fue algo más que grande cuando este tomó su mano y lo hizo caer en su regazo, el resto—como Ten se sentó a horcajadas encima de él por gusto propio—era historia.

-¿Qué estamos haciendo?

YangYang coló su mano debajo de su camiseta y acarició su cintura, los dos se miraban sin decir una sola palabra pero la forma en la que sus cuerpos reaccionaban eran más que suficientes. En algún punto trazar sus ojos, sus labios y narices con la mirada no fue suficiente y sus labios sobre los del otro sí, porque ¿Por qué Liu tenía que besar tan jodidamente bien? El cómo trazaba sus labios con su lengua para pedir acceso a su boca y Ten se dejaba hacer, ahora debajo del jugador de hockey podía sentir como embestía en su boca con su lengua, como con una de sus manos recorría su abdomen hasta llegar a sus pezones. Se apartó de sus labios permitiéndole respirar solo para hacer uso de su lengua en otros lugares de su cuerpo.

La ropa terminó en diferentes lugares y solo habían gemidos y jadeos de por medio. Ya enserio, ¿Qué rayos estaban haciendo? No sabían, pero tampoco quería sentarse a pensarlo mientras podrían estar haciendo exactamente lo que hacían en ese instante que se sentía tan bien. Cuando estuvieron completamente desnudos Liu se colocó entre sus piernas y recorrió su mandíbula con pequeños mordiscos.

-YangYang...-susurro intentando apartarlo.

El peli rosa lo hizo y lo miró a los ojos, era extraño, ambos sin una sola palabra estaban de acuerdo en que aquellas miradas estaban de más así que Ten se deslizó a un lado y abrió su gaveta en busca del lubricante.

-Hazlo bien esta vez.

YangYang rodó los ojos tomando lo que el patinador le ofreció y sonrió.

-Recuerdo haberlo hecho bastante bien.

Ten se recostó mejor en sus almohadas y asintió.

-Lo que sea.

Esa casi madrugada hubo mucho ruido, el choque de sus cuerpos era incluso más intenso gracias al lubricante de por medio, los gemidos cada vez más explícitos y YangYang juraba sentirse en la gloria porque nunca había estado con alguien tan flexible como lo era Ten.

Y lo admiten. Tal vez se sobre exigieron, tal vez debieron parar cuando llegaron por primera vez pero había algo acerca de la piel de Ten que hacía a YangYang querer estar encima de él a cada segundo, y para Ten tener a YangYang encima suyo era un gran placer.

-Véte.-susurro Ten girando entre sus sábanas.-Debes irte.

YangYang respiraba agitado mientras miraba hacia el techo y asintió cubriendo sus ojos.

-Tengo sueño.

El tailandés al escucharlo tomó fuerzas de algún lugar y se incorporó poniéndose de pie, tomó la mano del más alto y lo hizo ponerse de pie por igual.

-Te dije que te fueras.-YangYang comenzó a seguirlo mientras el mayor le daba su ropa.-Largo.

-¿No eres de los que se acurrucan después del sexo, Chittaphon?

-Si, con chicos que me gustan pero tú no me gustas.

YangYang entrecerró los ojos y lo miró.

-¿Seguro? Porque parece que te gusto mucho.

Habían llegado a la puerta, YangYang en ese punto solo tenía su ropa interior pero era más que suficiente para sacarlo de su lugar.

-Me gusta el sexo contigo. Adiós.-iba a cerrar la puerta pero YangYang volvió a meter la mitad de su cuerpo mientras sonreía.

-¿Si? ¿Vamos a repetir?

El mayor se encogió de hombros empujándolo.

-Adios, Liu.

Cerró la puerta con seguro recostándose en ella mientras evitaba pensar en la estupidez que acababa de hacer.

enemies on ice. TenYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora