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Verlo desde afuera era una cosa, se hizo varios escenarios de cómo sería el lugar por dentro pero jamás llegó a imaginar que sería tan lindo como lo que veía justo ahora. Era muy amplio, la cocina estaba a la vista y también tenía mucho espacio, cómo se esperaba de cinco universitarios jugadores de Hockey viviendo juntos, habían unos cuantos zapatos por ahí y por allá y una caja de pizza en la mesita de centro. Había una sala de estar y cuando fue al balcón pudo ver la pequeña piscina que había en el lugar que solo era alumbrada por luces led azules.

-Esto es muy lindo.-sonrió girándose a mirarlo.-¿Es tuyo?

-Ah si, mi hermano vivió aquí cuando estaba en la universidad y luego pasó a ser mío, es como si tuviera un hijo sería de él, lo remodelan con el tiempo y así...

Ten asintió un poco sorprendido, la única herencia que le habían pasado había sido un viejo reloj que había estado en tres generaciones antes que él y lo apreciaba, pero nada como esto.

-¿Y tus cuatros amigos viven aquí gratis?

-No, digo, no me importaría pero ellos insisten entonces le depositan el dinero a mi mamá y así, es tonto porque lo terminamos usando para nuestro mismo uso.-rodó los ojos antes de tomar su mano y acercarlo a él.-Pero a lo que veníamos.

Ten sonrió pasando sus brazos por su cuello y suspiro complacido cuando las manos de YangYang fueron a su cintura.

-¿Estás seguro de esto? ¿Dónde están tus amigos?

YangYang llevó sus labios a su cuello y comenzó a dejar húmedos besos, luego fue subiendo hasta llegar a su oreja provocando que un gemido saliera de lo profundo de su garganta.

-En el bar, siempre llegan tarde...

Ten levantó los brazos permitiendo que YangYang le quitara la camiseta y sonrió sintiendo sus mejillas calientes.

-¿Y si entran a tu habitación?

YangYang capturó sus labios por unos segundos antes de susurrar aún sobre ellos.

-Pondremos el seguro.

-¿Y si es una emergencia?

-Fingiré estar dormido.

-Pero, ¿Y si hacen mucho ruido...?

-Fingiré estar muerto, no me importa.-lo besó de nuevo y se alejó lo suficiente para sostenerlo en sus brazos. Automáticamente las piernas de Ten rodearon su cintura.-¿Estás bien con eso?

El mayor se sostuvo con fuerza antes de soltar una risa.

-Totalmente.

Sin más, YangYang camino hacia su habitación escuchando la risa de Ten y sin olvidar poner el seguro cerró la puerta.

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En la mañana Ten despertó porque había mucho ruido detrás de la puerta, no pudo evitar entrar en pánico cuando recordó donde se encontraba y mucho más al verse solo en la gran cama con sábanas azules. Aún recuerda la noche anterior cuando apartó a YangYang de sus labios solo para echarle un buen vistazo a la habitación.

Era bonita y como debía ser le recordaba mucho a YangYang, sin embargo, en algún punto se sintió asustado de lo reconfortante que se sentía el lugar, como si ya hubiera estado ahí antes, como el olor al chico que había en todas partes lo envolvía y lo hacía sentir tan cómodo... Cómo si debiera estar ahí desde el principio.

Pero luego YangYang dijo que podían observar luego y con risas lo hizo caer al colchón. Ahora las sábanas azules se sentían frías y el calor de YangYang ya no estaba ahí, y Dios, había tanto ruido, ¿Y si ya sabían que estaba ahí y estaban discutiendo para sacarlo del equipo de Hockey por traicionarlos? Tomó una respiración cubriéndose mejor con las sábanas, ¿O debía cambiarse? Quizás era lo mejor para que cuando entraran a querer matarlo pudiera huir con al menos un poco de dignidad.

enemies on ice. TenYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora