⛸️;; 5

204 26 0
                                    

Habían pasado dos semanas y las cosas habían continuado por el mismo curso de siempre. Entrenamientos, tareas, el estrés de los exámenes parciales, las peleas con el equipo de Hockey y ellos siendo olímpicamente ignorados por el decano.

Todo seguía exactamente igual.

Claramente contando el hecho de que seguía teniendo sexo con Liu YangYang a escondidas en su dormitorio. Su dinámica era sencilla, el pelirosa iba a su lugar a eso de las nueve, tenían sexo y cuando terminaban él se iba. Fácil. Sin buscarle más vueltas al asunto, todo era así de sencillo. Fuera de su lugar seguían mirándose mal y lanzándose insultos cada vez que tenían oportunidad, los nervios habían menguado luego de que Ten reconociera que era verdad, por la cabeza de nadie pasaría que ellos dos, entre todos los humanos habitantes en la universidad de Seúl estarían juntos, era un hecho prácticamente imposible.

Y quería que las cosas siguieran así porque, el sexo era bueno, parecía ser que en la cama sería el único lugar en el que podría llevarse bien con el pelirosa y no veía el porque darle fin si no le hacían daño a nadie. Ese día habían acordado reunirse luego de tres días sin verse en el departamento de Ten, todo por causa de los exámenes parciales, pero ya tenían tiempo libre así que lo harían.

Eran las ocho cuando escuchó los toques y corrió para abrirle la puerta al más alto. Sonrió haciéndose a un lado y luego de cerrar la puerta detrás suyo de inmediato tomó la mano de YangYang y lo hizo caminar hacia su cama. Lo hizo sentarse y luego se colocó en su regazo yendo de inmediato hacia sus labios.

Y él correspondió, pero no como solía hacerlo y fue extraño. Abrió los ojos aún con sus labios presionados contra los del menor y cuando notó que no se movía, se alejó.

-¿No quieres hacerlo?-preguntó preocupado, el pelirosa tenía su mismo libido siempre.

YangYang suspiro mirándolo a los ojos antes de negar.

-No es eso, siempre quiero hacerlo contigo.

Ten asintió lentamente confundido.

-¿Entonces...?

-Estoy algo triste. Pero no eres tú, soy yo...

-Oh.

Ten asintió saliendo de su regazo, no sabía que decirle al menor, de hecho no quería decirle nada pero sería muy bajo de su parte decirle que se fuera solo porque no tenía ganas de tener sexo.

¿No?

-Entonces...-continuó sin saber qué decir.

-¿Podemos ver una película?

Ten hizo una mueca poniéndose de pie.

-¿Una película?-soltó una risa cruzándose de brazos pero YangYang solo lo miró atentamente en espera de una respuesta.-Ah, estás hablando en serio...

-Solo si quieres.-hizo un puchero desviando la mirada hacia las sábanas debajo suyo.-Siempre me hacen sentir mejor.

-¿Y por qué me importaría si te sientes mejor o no?-frunció el ceño.-Estás actuando extraño.

-Vamos Chittaphon, es solo una película no hagas un drama de esto.

El tailandés resopló encogiéndose de hombros.

-Bueno.-rodó los ojos cansado yendo por su laptop.-Pero no te me acerques a menos que sea para hacerme... Cosas sexuales.-advirtió señalándolo.

YangYang soltó una risa tirandose en su cama y finalmente asintió acomodándose en las almohadas, cuando Ten regresó con la laptop vio al jugador de hockey observando sus peluches con curiosidad.

enemies on ice. TenYangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora