Relatos épicos de una Batifamilia disfuncional.

Hijo del Caos.

¡Hola! ¿Cómo les va? Espero que mejor que yo, ya que estoy resfriada. u.u A ver si pronto me pongo mejor, por lo que lamento si este capítulo y los siguientes no son publicados a tiempo.

Loki es mi personaje favorito de Marvel. :3 Y desde hace mucho tiempo me ha rodado esta idea en la cabeza, y es posible que lo trabaje, pero ya veremos qué pasa. u.u||| Ugh, estrés.

Sin más que decir, disfruten el siguiente capítulo. ;D

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Relatos épicos de una Batifamilia disfuncional.

Capítulo 35: Hijo del Caos.

El llamado le hizo estremecer su alma inmortal. Sus huesos vibraron y cada célula del cuerpo explotaba, resonando con la energía que muy pocos podían percibir.

Se había llegado el momento.

Y el Hijo del Caos dentro de poco se reuniría en sus brazos.

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No existía manera de explicar el siniestro, de un momento a otro todo se había salido de control. Los guardias sólo recordaban que algo detonó dentro de sus mentes y desfallecieron. Otros no podían recordar cómo habían abandonado su puesto, ni mucho menos abrir las celdas de los prisioneros. Sólo uno lo vio aparecer de la nada y con un simple movimiento de su mano se apoderó de todo.

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Todos lo que estaban disponibles habían ido a ayudar en la fuga en Arkham. Rayos, fuego, explosiones, sangre, tierra, concreto, vísceras volaban en distintas direcciones, entorpeciendo a unos, ayudando a otros. Risas, gritos, llanto y lamentos podían escucharse en todas partes, sin saber si provenían de aliados o enemigos.

Lo importante era sobrevivir. Lo demás, no tenía mucha importancia.

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El día iba de mal en peor, no solamente tenía que lidiar con súper villanos (Cuyos postgrados habían tomado años de su vida en conseguir, mientras él a la dulce edad de 6 años podría haber tenidos dos, tres o más. Nunca le cuestionó a su madre), sino que aparte, cuando todos esos dementes estén encerrados de nuevo, esperando otra oportunidad para escapar (Menos un par que ni siquiera hicieron el intento de salir de sus celdas, uno de ellos porque se quedó profundamente dormido, el muy imbécil); iban a decidir qué hacer con él tras romper las reglas una vez más, poniendo en peligro tanto a sus aliados como a los civiles.

Pero el castigo no era lo que hacía sentir que el estómago se le revolviera y quisiera vomitar.

No.

La decepción en sus ojos, las palabras que en un arranque de ira se expusieron dejando ver lo que pensaban de él. La burla de que nunca podría ser como ellos. Que no sería parte de ellos. Qué pese a ser el heredero, no tenía nada que reclamar ni qué recibir.

Que si se daba media vuelta y se iba con el sol al caer la tarde, no habría nadie que lo siguiera.

Que si caía de un precipicio, nadie iba a atraparlo.

Que si alzaba la voz, la ahogarían sin concederle una opción.

Que si su corazón se rompía, no habría nada más que romper.

Que era de la pena la más fácil presa, hundiéndose en un mar de tristezas.

Y por estar tan distraído, no se dio cuenta de que...

- Te encontré.-

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Cuando vio a todos caer, Batman se dio cuenta de que lo peor aún no pasaba.