La tranquilidad había llegado a Hawkins por fin, pero no todo es lo que parece, y eso Emma lo sabe muy bien.
Luego de la llegada de los nuevos hermanos al pequeño pueblo, todo se sale de control. Ahora no solo deberán lidiar con mounstros de otra d...
El viento soplaba algo fresco por la tarde, los habitantes de Hopkins seguían en shock por los recientes sucesos. El gobierno había confirmado ser parte de la muerte de Barbara Holland.
El pueblo había pasado a ser el foco de atención nacional, todos hablaban de lo sucedido. De cómo pasó a ser un pueblo en el que no pasaba nada, a pasar de todo.
Emma iba a un lado de su padrino, tarareando una canción.
— Me muero de frío.
— Te dije que te pongas otra chaqueta. —La miró negando con la cabeza.
Caminaban por las calles del centro, buscando un pequeño restaurante.
Con las mejillas y la nariz roja -probablemente se enfermaría pronto- entraron a un café y se sentaron en una mesa ya ocupada.
— Doctor. —Saludó Hopper.
— Hola señor. —Canturreo la chica.
— ¿Cómo está su pierna?
— Bien, pero me temo que mi carrera como jugador terminó. —Emma y Jin rieron.
— ¿Quieren un poco? No me lo voy a terminar. —Ofreció su plato de tostadas.
— No gracias, estoy a dieta. —Dijo Jim.
Emma recibió gustosa el plato de comida, a lo que el doctor Owens rió.
— Les traje un regalo... —Dijo dándoles un sobre. —Felicidades, ya son familia los tres.
El sobre contenía un certificado de nacimiento a nombre de "Jane Hopper"
Emma miró a su padrino sorprendida y comenzó a patalear de la emoción.
— ¿Cómo...? —Preguntó Jim.
— A veces me sorprendo a mí mismo.
(°°°Ѫ°°°)
— Auch, eso dolió. —Se quejó Max.
Emma y Susan rieron.
— Valdrá la pena, lo prometo. —Dijo. —Jane, te toca a ti nena.
— Claro.
Esta se sentó delante del espejo y dejó que Susan le arreglara el pelo.
Emma miraba sonriente a Jane hasta que sintió una mirada en su cuerpo. Giro suavemente la cabeza, sin dejar de sonreír, y vio a su novio.
Billy se encontraba apoyado en el marco de la puerta, mirándola con una sonrisa.
— ¿Sucede algo cariño?
— No... — El negó con una sonrisa y siguió mirándola.
Luego de que Susan la peinara a ella, se levanto y rodeó el cuello de su novio con sus brazos.
— ¿Qué sucede?
— Nada, solo que estas muy linda. —Dijo mientras colocaba un mechón de pelo detrás de su oreja.
— Tu también estas muy guapo. —Contestó riendo.
— ¿No son adorables? —Preguntó Susan a su hija y amiga.
— Oigan par de tortolos, apúrense si no quieren llegar tarde. —Dijo Max saliendo del cuarto.
Billy rodó los ojos, aún con su chica entre sus brazos.
— ¡Arruinaste el momento mocosa!
— Tiene razón, llegaremos tarde. —Dijo Emma riendo mientras lo empujaba hacia la salida.
Luego de despedirse de los padres de Hargrove subieron al auto y se dirigieron a la fiesta.
Durante el camino hablaron de cosas triviales, incluyendo a Max y a Jane en la conversación, quienes iban en los asientos de atrás.
— Llegamos. —Dijo Emma.
— Y esta es nuestra señal... —Murmuró Max para luego tomar la mano de Jane y bajar del auto, dejando solos a la pareja.
Billy se inclinó hacia ella y susurró:
— Estas hermosa ángel...
Unieron sus labios. Jamás se cansaría de decirlo: Se acoplaban perfectamente.
Le encantaba la sensación que el daba el simple hecho de tocarla o besarla, le volvía loco cuando ella le hacía algún cumplido o cuando se sonrojaba con los de él. Le hacía sentir amado, y eso era todo lo que quería.
— Ya es tarde... —Murmuró, aunque no quería separarse de él, pero le había prometido a Jane que la acompañaría en esta noche. Se esforzó mucho arreglando a la niña.
— Diviértete. —Le dijo Billy dándole un último beso.
Emma se bajó del auto y vio como el rubio se alejaba del lugar, oyó la voz de su hermano a unos metros, se giró para verlo en su auto hablando con Dustin, así que decidió acercarse.
— ¡Dustin! Estas hecho todo un hombre con ese peinado. —Le sonrió.
— Gracias Emma. ¿Crees que las chicas acepten bailar conmigo?
— Claro que sí, si se niegan es porque no te merecen. —Aseguró.
Dustin entró al lugar luego de despedirse de Steve.
— ¿Billy te trajo?
— Sip. —Respondió.
— Me cuesta admitirlo, pero tenías razón. Me alegra que no te hayas equivocado con ese chico, ha cambiado mucho este último mes...
— Tienes razón. —Dijo Emma con una sonrisa. —Ha cambiado mucho, lo quiero.
Steve sonrió feliz de ver a su hermana tan enamorada, se despidió y con un último vistazo a la chica, se fue.
Emma sonrió al entrar al lugar y ver a las personas que amaba, ellos eran su familia.
Habían pasado tantas cosas estos últimos meses, y estaba feliz de que todo hubiera terminado. Había encontrado la completa felicidad al lado del hombre al que amaba, y sospechaba que se quedaría a su lado un buen tiempo. Se había unido mucho más a su hermano, y había encontrado a su verdadera familia en sus amigos.
Porque ellos siempre serían su hogar y su familia.
FIN.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No crean que es el final jaja, todavía falta el epílogo y los extras.
