Casi Ángeles, "Siguiendo al Conejo Blanco".

Capítulo 75

Aparecí en una plaza, sentada contra un árbol y con un libro en la mano. Miré a mi alrededor y no había nadie conocido, sólo niños en los juegos. Al instante se me acomodaron las ideas, obtuve los recuerdos de la Mar que quedó en el pasado, y de inmediato me puse a buscar a la personita con la que había venido.
- ¡¿Alelí?! ¿Dónde estás? - me levanté y di vueltas en el lugar buscándola con la mirada, pero no estaba. De pronto apareció detrás mío, asustándome - ¡Alelí! - apenas la vi, la abracé muy emocionada y feliz.
- ¿Te asusté mucho? Perdón - me dijo, arrepentida.
- No... bueno, sí, pero no importa, estoy feliz de volverte a ver.
- ¿Estás bien? - me preguntó, ya extrañada.
- Si, sólo que... te extrañé mucho.
- Pero si me fui un ratito... - de inmediato se dio cuenta de lo que pasaba - ¡¿Volviste?! - exclamó muy contenta.
- Volvimos - le dije, con una sonrisa, y ella volvió a abrazarme.
Durante ese abrazo, empezamos a sentir que alguien nos olfateaba.
- ¡¿Mina?! - me tiré al piso mientras la acariciaba y ella me llenaba de besos.
- ¿La conocés? - preguntó, también acariciándola.
- Si, es nuestra perra. Creí que se quedaría en el futuro, pero que bueno que vino con nosotros. Cuando se entere Rama va a llorar de felicidad - en ese momento Mina salió corriendo -. ¿A dónde vas? - y me levanté dispuesta a seguirla.
- ¿Será mi hermano? - se ilusionó Alelí.
Ambas nos dirigimos hacia donde se fue Mina y la encontramos junto con todos sus cachorros.
- Ayudame a buscar una caja o algo para los perritos - le pedí.
- ¡Ya sé dónde hay! Esperame - y se fue corriendo sin esperar mi respuesta.
- Bueno...
Yo me quedé jugando con los perros. En un momento levanto la mirada y lo veo a él, tan hermoso como siempre, buscándome. Apenas me vio, sonrió y vino corriendo hacia mí.
- ¡Mi amor! - dijimos ambos. En este reencuentro no podía faltar un tierno beso de amor.
- ¡Mina! ¡Los perritos! - exclamó sin poder creerlo y abrazó a todos los de cuatro patas, después se levantó y me abrazó a mí - Te amo, te amo, te amo - me decía dándome besos entre cada "te amo".
- ¡Rama! - gritó Alelí, soltando la caja y yendo hacia él.
Al llegar al otro se abrazaron, Rama se puso de rodillas para hacerlo, y notó que ella estaba más alta, su hermanita había crecido en su ausencia.
- Hola, enana, te extrañé. ¿Cómo estás?
- Estoy bien, que bueno que volviste. Contame todo lo que pasó en el futuro.
- No te puedo dar esa información, pero... - él se acercó a su oreja y le susurró - ¡cumplimos nuestra misión!
- Bueno, si no me vas a contar del futuro, contame qué hiciste vos, empezando por Mar, la estabas besando.
- No te pongas celosa, eh. Es verdad, pasaron cosas en el futuro y te tenemos que decir algo muy importante...
Rama volteó a verme y me hizo un gesto para que fuera. Me paré a su lado, ambos frente a Alelí, y noté que él me miraba a mí, como esperando que se lo contara yo.
- Decile vos, es tu hermana. Yo le dije a Tefi.
- Tenés razón, tenés razón - respiró profundo y siguió -. Como ya te diste cuenta, Mar y yo estamos juntos... masomenos desde que llegamos al futuro, incluso nos casamos - Sensibilidad se dio cuenta de que iba a dar muchas vueltas y fue al punto -. A lo que quiero llegar es que... vas a ser tía.
- ¡¿En serio?! ¡¿Ahora o hablan del futuro?! - ella no lo podía creer, estaba muy feliz.
- Y... faltan unos meses para que nazca, pero sí, ahora, Mar está embarazada.
Alelí primero abrazó a su hermano y después a mí, aunque el abrazo era más para su sobrino.

Después del reencuentro y la revelación, los tres (o cuatro) nos dirigimos a la mansión. Ahí encontramos a los demás y volvimos a ver después de años a los que quedaron atrás.

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La historia ya está por terminar, no se pierdan ningún capítulo!