𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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—Buenos días, papá —me acerco a mi padre y le doy un beso en la mejilla—. Buenos días, mamá —hago lo mismo con ella.

—Buenos días, cariño —mi madre me da un beso en el pelo una vez que me he sentado.

—¿Has dormido bien? —mi padre deja de lado el periódico y coge su taza de café.

—La cama es un poco incómoda —hago una mueca—. ¿Por qué nos hemos tenido que venir a un pueblo alejado de la mano de dios?

—Ya sabes por qué, Winter —mi madre me mira con reproche, y yo me callo—. No hagas más preguntas sobre ese tema, por favor.

—De acuerdo, lo siento —me disculpo. Ella deja un plato con tortitas frente a mí y una taza con café.

—No pasa nada, cielo —mi padre me dedica una sonrisa—. ¿Estás lista para el primer día de instituto?

—La verdad es que tengo un poco de miedo —admito—. Voy a ser la nueva.

—Bueno, es no es malo, peque —mi madre limpia la encimera.

—No sería malo si no hubiese llegado en el segundo semestre —pongo sirope de chocolate en las tortitas y corto un trozo con el cuchillo.

—Las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir, Winter —mi padre cambia su semblante—. Yo tampoco sabía lo que iba a ocurrir aquel día y mira.

—Debes pasar por esto, Winter —mi madre se limpia las manos con el trapo—. A ninguno de nosotros se nos va a hacer fácil el cambio, papá tiene que mandar a una serie de policías que no están acostumbrados a como se trabaja en la capital y él debe acostumbrarse también al ritmo de Woodsboro. Yo debo prepararme para la tienda y tú debes afrontar el primer día de clase, con la cabeza bien alta y siempre con una sonrisa en el rostro y siendo amable. Esto no va a ser fácil para ninguno de los tres, pero juntos lo vamos a conseguir, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —ella me dedica una sonrisa.

—Termina el desayuno, voy a terminar de prepararme y te acerco al instituto —mi padre se termina el café

Termino de desayunar, subo a lavarme los dientes y cojo la mochila con todos los libros, por lo que esta pesa una barbaridad. Bajo y me reúno con mi padre, el cual se encuentra despidiéndose de mi madre.

—¿Estás ya? —pregunta al verme.

—Sí —él coge mi mochila y me mira con horror.

—Pero..., ¿qué llevas aquí?

—Pues todos los libros —salimos de casa—. Me tienen que dar el horario, por lo que dejaré en la taquilla algunos.

—Joder con el instituto —silba.

Entramos en el coche y él arranca, para poner rumbo al instituto.

Al llegar, mi padre se para un segundo frente a un edificio de ladrillo, con una fachada de piedra blanca, sostenida por una doble columnata de orden gigante, sobre pedestal, que sostienen un entablamento donde se lee "Woodsboro High School" con letras negras y, encima, un tímpano triangular. La puerta de entrada, de arco de medio punto, de cristal.

—¿Preparada? —desvío la mirada y me centro en mi padre.

—Sí —él se gira y coge la mochila de los asientos traseros, me la tiende y la cojo.

—Ten un buen día. Si tienes algún problema, llámame, cuando sea, estaré aquí lo antes posible. De todas formas, estaré aquí a las dos y media.

𝐇𝐄𝐑 | 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐋𝐎𝐎𝐌𝐈𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora