𝐇𝐄𝐑 | 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐋𝐎𝐎𝐌𝐈𝐒

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

—¿Estáis listos para la fiesta de esta noche? —Stu se acerca a mí y pasa su brazo alrededor de mi cuello.

—Yo sí —sonrío—. Llevo esperando esto toda la semana.

—Tú y todos —comenta Randy.

—Hablad por vosotros —Billy cierra la puerta de su taquilla.

—Eres un aguafiestas, Billy —Stu hace una mueca de disgusto.

Sidney llega junto con Tatum y yo la saludo con un gesto de la cabeza. Ella me dedica una pequeña sonrisa y mira a su novio, el cual la mira unos segundos.

—¿A qué hora tienes el entrenamiento? —me pregunta Stu

—Hm, a las tres, creo, ¿por qué?

—No, por nada —alzo una ceja y dejo pasar el momento.

El timbre nos obliga a cortar el momento e irnos cada uno a su clase correspondiente. Voy hacia el gimnasio, donde el profesor nos comunica que hoy iremos a hacer una prueba de orientación, por lo que nos obliga a salir del instituto.

Formamos equipos y nos vamos a buscar las pistas, al finalizar la clase, nos reunimos todos los grupos en el gimnasio, donde el profesor anuncia al grupo ganador.

Vamos a las duchas y me pongo el uniforme de animadora. Voy a la clase de lengua, y me disculpo por llegar unos minutos tarde.

Al terminar la clase, me acerco a la mesa del profesor para que me explique lo que ha dado los primeros minutos de clase. Salgo y me encuentro a Billy esperando apoyado en las taquillas.

—¿A qué esperas? —me acerco a él.

—A ti.

—¿Por qué? —me río—. No tenemos clase juntos ahora.

—Ya —se encoge de hombros.

—¿Entonces? —él me mira fijamente unos segundos—. ¿Billy?

—Nada, me habré confundido —niega con la cabeza y se va.

Me quedo unos segundos en el sitio, confundida por la actitud de Billy. Me dirijo a clase de matemáticas, donde me encuentro a Stu, el cual parece más que alegre de verme. Corre a cambiarse de sitio y se pone a mi lado.

—Winty, Winty, Winty —apoya su mejilla en la palma de la mano.

—¿Qué te pasa? —dejo la mochila e el suelo y me siento.

—Nada —una enorme sonrisa se forma en su rostro.

—Te conozco, ¿qué te pasa o qué has liado?

—¿Yo? —me mira de forma inocente—. No he liado nada.

—Entonces desembucha.

—¿Qué te traes con mi buen amigo Billy? —alza ambas cejas.

—¿Con Billy? —él asiente con la cabeza—. Nada, somos amigos, así como tú y yo, o como Randy y yo.

—¿Segura? —alza una ceja.

—Segurísima.

Stu me mira unos segundos más, con una sonrisa en el rostro. Estos dos están muy raros hoy. La clase comienza y esta pasa, como siempre, muy lenta.

El resto del día se pasa rápido y a la hora de la salida, voy a mi taquilla a coger la mochila de ayer y los libros de las asignaturas de hoy para poder hacer los deberes.

—¿Hoy me vas a dejar que te acerque a casa? —no me hace falta girarme para saber quién es.

—Yo te voy a dar la misma respuesta de siempre —me río. Me giro para mirarle a la cara—. ¿Cuándo vas a cejar ese empeño que tienes en llevarme a casa?