𝐇𝐄𝐑 | 𝐁𝐈𝐋𝐋𝐘 𝐋𝐎𝐎𝐌𝐈𝐒

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑

Ha pasado un mes desde que llegamos a Woodsboro. Mi padre ya no es tan protector, pero me sigue pidiendo que esté alerta. Las clases, por su parte, son amenas, pero lo peor son los ensayos de las animadoras, los cuales son más duros de lo esperado.

—No puedo más —me dejo caer al lado de Billy y Stu en el césped.

—¿Un entreno duro? —pregunta Stu.

—Demasiado —me llevo una mano a la frente para tapar un poco el sol y poder ver bien a los dos chicos.

—Bueno, el partido es en unos días —Billy me mira—. Ya verás como todo ese esfuerzo no ha sido en vano.

—Espero —Randy aparece y me tapa el sol, cosa que agradezco—. Hola, Randy.

—Buenas —saluda.

Me siento y en ese momento, llegan Sidney y Tatum. La rubia le da un beso a Stu en los labios y la morena se sienta al lado de Billy, al cual le dedica una leve sonrisa. Miro a la pareja, él parece más distante.

—¿Qué tal la mañana? —pregunta Sidney mientras se agarra del brazo de su novio.

—Bien —Stu enreda con el césped—. ¿Qué plan tenéis para el viernes?

—¿Por qué?

—Va a haber una fiesta en casa de Casey.

—¿Casey? —Tatum mira a su novio—. ¿Por qué íbamos a ir a casa de Casey?

—Una fiesta es una fiesta —respondo—. Por mi sí.

—Yo también voy —Randy sonríe. Billy le mira de una forma que no consigo descifrar.

—Pues si Winter va y Randy igual, yo también —Stu pasa su brazo alrededor de mi cuello.

—No vas a ir a casa de Casey —Tatum se pone en pie enfadada.

—Pero, ¿y qué mas da que sea en casa de Casey? —alzo la cabeza para mirar a la rubia.

—Casey fue novia de Stuart —habla Sidney.

—Exactamente, fue —recalca Stu—. No significa nada para mí.

Billy y Stu se miran y eso no pasa desapercibido para mí. Entrecierro los ojos mientras miro a los amigos. Desvío la mirada para que no se den cuenta y centro mi atención en Sidney y Tatum.

—Vosotros haced lo que queráis —comento—, pero yo voy a ir.

—Vas porque es animadora y es de tu grupo —Tatum pone los ojos en blanco.

—Sí y no —me encojo de hombros—. Pero no tengo por qué darte explicaciones.

Los chicos se miran entre sí.

—Bueno —Stu decide romper el hielo—. Pues quien vaya ya nos veremos allí, será de muerte —empieza a reírse.

Suena el timbre, el cual nos obliga a levantarnos e ir a clase. Voy hacia mi taquilla para coger el libro de matemáticas.

—¿Te he dicho ya que te queda muy bien el uniforme de animadora? —escucho a Randy detrás de mí.

—Me lo dices, desde hace un mes, cada día que me toca venir con él puesto, Randy —cierro mi taquilla.

—Es que te queda muy bien.

—Meeks, ¿por qué no te vas con tus amigos frikis a fastidiar a alguien más? —Jason, el capitán del equipo de baloncesto llega.

—No te pases, Lawrence —él pone los ojos en blanco y pasa su brazo alrededor de mi cuello. Lo miro unos segundos y después le miro a él—. Y quita esa mano —quito su brazo.