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Nina

–Y?

–Como y? Que más quieres que te cuente Maria?

Escucho a través de la llamada un largo suspiro, escondido por una risita tonta.

–Me estas diciendo que estuviste a los besos dos horas con Hector, no lo hiciste pasar a tu casa,  y que ahora te preocupas porque no te contesta los mensajes? –Maria pregunta, haciendo que me replantee un par de cosas.

–Tienes razón tia. –Me agarro el pelo con las manos. –Que pedazo de tonta!

Maria larga una carcajada mientras yo me veo encrucijada en los arrepentimientos de la noche anterior. –No te hagas la cabeza Nina, que seguro te escribe.

–Esta bien.

–Ponte a buscar viajes en internet, eso te entretiene.

Sonrío ante la sugerencia de mi amiga y dejo caer mi teléfono sobre el pecho después de terminar la llamada.

La noche de anoche fue increíble, nunca la había pasado tan bien con un chico. Y eso que solo nos besamos. No soy una zorra, pero tampoco una mojigata, habré estado con cuatro o cinco chicos en mi vida. Jamas tuve una mala experiencia con ninguno, pero tampoco tuve una como la de anoche.

La calentura que Hector provocaba en mi era anormal, cuando me tocaba los muslos y me retorcía todos los labios con su boca con desesperación sentía que me estaba muriendo.

Quizá era el hecho de que nos vimos crecer, pero era extrañamente reconfortante y una vez que sus labios hicieron contacto con los míos perdí cualquier tipo de vergüenza.

Recuerdo como sus manos ejercieron tanta presión en mi cadera para sentarme sobre sus  piernas como princesa, el dejaba besos en cada lugar de mi cara.

Inevitablemente y con un sentimiento rebelde encamino mi mano a través de mí abdomen al descuido, llegando a palpar mi intimidad por encima de la bikini.

Mientras recuerdo sus besos, mas caliente se vuelve esa zona, recuerdo su gruñido cuando se engancho el brazo con el cinturón de seguridad, y tanto en ese momento como ahora me puso más que cachonda.

Recuerdo como estiro el elástico de mi camiseta, dejando mi huesudo hombro al descubierto. El dejo varios besos ahí.

Pero de repente, lo que estaba haciendo termina con la vibración de mi teléfono sobre mi estomago.

Ruedo los ojos, ese momento de imaginación me estaba encantando mas de lo que debería. Y fue cortado por una notificación que seguro seria de Gmail.

Sin embargo, al levantar el teléfono, me quedo pasmada.

Hector Fort

Anoche caí rendido en el sofa Nina, por eso no conteste, a que me perdonas? .

10:57

Me levanto de la hamaca, con una felicidad en el pecho tremenda. Corro hasta llegar a mi casa, para pasar desapercibida por mi hermano que se preparaba el desayuno y llegar a mi habitación.

Sonrío como tonta mientras contemplo el mensaje otra vez. Me alegra saber que la charla podría continuar.

Le saco una captura de pantalla y se la envío a Maria con muchas ansias.
Y antes de contestar debe pasar un tiempo, así que me permito seguir con mi trabajo de ayer.

Tecleo "Hector" en mi buscador de Instagram, y este no tarda en aparecer. Entro en sus destacadas, todas fotos de el con la camiseta del Barcelona.

Recuerdo que mi madre una vez me llevo a verlos cuando teníamos como siete años, todos los compañeritos fuimos a verlo jugar a un partido que ni siquiera me acuerdo cual era. 
Recuerdo ese día, en unas canchas pequeñas sentados en el césped pinchoso apoyando a nuestro compañero de escuela. Hector se había puesto tan feliz cuando nos vió.

Tattooed Heart • Hector FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora