Law issues

Eleven

Al día siguiente me levante con resaca, sentada o se podría decir prácticamente tirada en la alfombra del sillón, sin ánimos de nada y con el maquillaje corrido de llorar toda la noche anterior.

Me levante como pude, tomé un vaso de agua y una pastilla para bajar todo el dolor que sentía.

Tomé el móvil, vi un montón de mensajes y llamadas perdidas de Harvey, molesta sin ganas de contestar a nada, lo arroje al sillón para encaminarme después a tomar una ducha.

Me di un gran baño para relajarme y puse música cuando me preparé mi desayuno.

La mañana y algunas horas de la tarde las utilicé para arreglar mi casa y ordenar todo, necesitaba olvidarme de todo.

Pero mientras esto ocurría, habían cosas que me faltaban, o que estaban ahí que me hacían recordarle.

Me sentía tan frustrada por volver a creerle y ser tan tonta como para incluso irme a vivir con el o creer que formaríamos una familia.

Cuando llegó la hora de comer, recordé que aún tenía su auto, así que decidí emprender una aventura, tomé las llaves y salí de casa decidida a pasármela bien.

La primera parada fue mi comida, ir a mi restaurante favorito sin duda me animo, y después de saciar mi apetito la siguiente parada era una tienda de ropa.

El dinero que había ganado el último mes se fue en un nuevo guardarropa, recorriendo desde las tiendas más lujosas hasta las de lencería, mis manos terminaron repletas de bolsas.

Subí al auto para terminar el día, y mi última parada fue una heladería, esa fue la cereza del pastel.

Mientras iba de camino a casa la música estaba a tope, mi boca sosteniendo la cuchara del helado, pude sentir la brisa en mi rostro de las calles de Nueva York.

Llegue a casa, deje las bolsas en la vestidor, y corriendo me desplome en mi cama riendo de lo maravilloso que la había pasado.

Hasta que la realidad me golpeó, justo en el momento que comenzaba a prepararme para dormir unos golpes en la puerta lograron regresarme a aquella noche.

"Clarie, se que estás aquí, abre por favor" le escuche desde lejos y decidí ignorarle

Saque una de sus playeras enormes de mi closet, un pantalón de franela y mis calcetas gorditas para abrigarme del frío que hacía ya por la noche.

"Nena por favor, déjame explicarlo" mis ojos comenzaron a nublarse entre más comenzaba a decir cosas a través de la puerta

Después de los meses que pasamos juntos estaba muy acostumbrada a tenerle a cada hora, pero dentro de mi sabía que ya no podía permitirle que jugara conmigo, no más.

Deje que siguiera con lo suyo, y me encerré en mi cuarto, puse música para dormir y con algunas lágrimas en la cara conseguí sumergirme en mi sueño hasta el siguiente día.

Hoy debía ir a la oficina por algunos papeles para cerrar un caso que tenemos reciente, en el cual ganamos, así que decidí que era día de estrenar ropa.

Me puse uno de los conjuntos que compré el día anterior, perfume que olía caro y salí de casa notando que no había rastro de Harvey.

Subí a su auto, percatándome que un trozo de papel estaba en el parabrisas, lo tomé y leí "te veo en la oficina, déjame explicarte todo. Harv".

Reí subiéndome al carro en camino al trabajo.

Al llegar podía sentir las miradas de todos en el bufete, era verdad que el conjunto no es nada a lo que suelo estar acostumbrada a vestir, me sentía más mala.