CAMPEONES

El Fin De Ron

Cuando los Potter regresaron a la escuela recibieron una ovación de pie, para su disgusto. Todos los estudiantes que no eran de Slytherin, en un momento u otro, habían querido engañar a Snape, y aunque estaban decepcionados de que ni siquiera fuera un estudiante de Hogwarts quien lo había hecho, estaban encantados de que alguien finalmente lo hubiera hecho. En lo que a ellos respectaba, el imbécil se merecía mucho peor de lo que recibió.

Su asediado director era otra historia completamente diferente. La última serie de artículos lo criticó tanto por la resurrección del Torneo de los Tres Magos como por la selección de sus Tareas. En todo el país, la gente se preguntaba si Dumbledore finalmente se estaba volviendo senil. Era triste, de verdad, pero encajaba perfectamente en sus planes, y Sebastian estaba trabajando horas extras para preparar su caso de robo, entre otras cosas.

Pronto se encargaría del hombre, y Harry podría continuar con su vida, tal como era.

Sin embargo, la atención que recibieron como resultado de sus acciones no fue cómoda, especialmente para Harry, y empeoró por un artículo que apareció a mediados de semana. Alguien descubrió que él era el responsable de presentar el caso contra Snape en primer lugar, y eso condujo a un desglose completo de cómo sucedió. También estaba claro que Madam Bones había sido entrevistada para el artículo, ya que la escritora sabía del próximo caso de obstrucción contra el director.

Si bien a Harry no le importaba eso, el hombre probablemente sería multado y eso era todo, la atención que le atrajo fue significativa. La prensa especuló sobre la conexión entre eso y la falta de confianza entre Harry y Dumbledore que se había destacado en el juicio, y todos querían saber más. Harry se había acostumbrado a quedarse con Fawkes o Fleur en todo momento; el primero podría alejarlo en un instante, y el segundo…

Bueno, nadie quería hacerla enojar.

Ese fue el otro efecto del ataque. Ahora todos entendían que Fleur era un oponente mortal, incluso sin una varita, y la gente se sentía bastante intimidada por ella. Incluso los estudiantes de Beauxbatons, una vez que se dieron cuenta de la situación, la dejaron tranquila para variar. Nadie quería estar del lado equivocado de Fleur Potter, y se notaba.

Incluso el Director estaba nervioso en su presencia. La observaba cada vez que estaba en la habitación, y aunque lo hacía con una expresión calculadora que a Harry no le gustaba en lo más mínimo, también era fácil ver que el hombre estaba cauteloso. Sospechaba que Dumbledore estaba tratando de encontrar una manera de separarlos, ya que juntos eran una fuerza a tener en cuenta, al menos según los periódicos.

Después de todo, nadie quería una herramienta que pensara por sí misma, y ​​ella le había permitido a Harry hacer precisamente eso.

Y haciendo que su semana fuera aún menos normal de lo habitual, el Ministerio les había escrito para informarles que habían sido seleccionados como recipientes de la Orden de Merlín, gracias a sus acciones en el juicio. Probablemente debería haber sido una tercera clase, pero su corta edad los hizo ascender de rango y la publicidad otro más. El Ministerio les estaba ofreciendo premios de Primera Clase.

Harry no estaba emocionado, especialmente teniendo en cuenta los ganadores anteriores de dicho premio. ¿Lockhart, Pettigrew y Dumbledore? ¿Por qué querría estar asociado con gente como ellos? Lo único que le impidió declinar fue la tranquila explicación de Fleur de por qué era útil en sus esfuerzos por liberarlo de Dumbledore: se consideraba que un ganador de la Orden de Merlín tenía credibilidad.

Él se burló, pero aun así cedió, ya que en el fondo sabía que ella tenía razón. A Fleur misma no le importaba el premio de ninguna manera; no eran lo suyo, pero ella no tenía la misma aversión por la atención que él albergaba. Y así acordaron aceptarlos, y la ceremonia se llevaría a cabo justo después de las vacaciones de Semana Santa.