CAMPEONES

La vida y la época de Harry James Potter

Mientras la cena terminaba, Fleur no podía quitarse de encima la sensación de inquietud que se había apoderado de ella. Cuando Harry estaba tan nervioso por venir aquí, ella supuso que simplemente esperaba conocer a su madre, una perspectiva desalentadora para la mayoría de los niños, o eso había escuchado, pero ahora no estaba tan segura. ¡Después de todo, su reacción extrema hacia su abuela fue bastante impactante!

Fue perfectamente cortés durante toda la comida, y aunque sus mejillas estaban permanentemente rojas por la vergüenza, no dijo nada al respecto. Era como si él estuviera haciendo todo lo posible por ignorar el problema y seguir adelante, lo que ella podía respetar, pero que tampoco la satisfacía. Cuando se combinó con la advertencia de su padre de no cuestionarlo y la declaración de que no estaba acostumbrado a que lo retuvieran, la situación pintó una imagen muy inquietante en su mente.

Pero ella no podía hacer nada al respecto en este momento, y en su lugar simplemente lo miraba. Si bien estaba muy callado, todavía hizo un esfuerzo por participar en la conversación, y eso la impresionó. La tensión bajo la que estaba brilló como un faro en sus brillantes ojos verdes, pero la ignoró lo mejor que pudo, haciendo un esfuerzo concertado para ser amistoso y encajar.

Y si eso era de lo que estaba hecho, esa increíble fuerza interior, ¡entonces ella estaba realmente honrada de que él hubiera aceptado casarse con ella!

Era un concepto muy extraño, pero dudaba que pudiera haber elegido a otro con el que preferiría estar en esta situación. No era su apariencia, ni su dinero, ni siquiera su personalidad en sí; era su sentido de la nobleza. Si había algo que ella sabía, era que él nunca se aprovecharía de ella, ¡y eso valía una enorme cantidad!

Sin embargo, estaba preocupada por sus problemas con el contacto físico. Aparte de su familia, ella misma generalmente no permitía que otros la tocaran, pero había razones para eso, sobre todo porque los niños tendían a tomarlo como una invitación para algo más. ¡No cambiaba que ella, de hecho, deseara ese tipo de cosas!

¿Sería capaz de darle eso a ella? ¿Alguna vez se sentiría lo suficientemente cómodo como para que ella pudiera tocarlo sin desencadenar una reacción negativa y que él le devolviera el gesto de la misma manera? Si no, entonces ella no sería terriblemente feliz, no es que pudiera culparlo por el problema si sus sospechas eran correctas.

Lo único que podía pensar en hacer era probar las aguas. Su abuela lo había abordado de una manera bastante repentina, y eso podría haber tenido algo que ver con eso. Tal vez si comenzaba despacio y con cautela, podría acostumbrarlo a la idea...

"¿Fleur? ¿Vienes?"

Sacada de su ensoñación por la llamada de su padre, se centró de nuevo en el aquí y el ahora, y se sobresaltó al ver que todos se levantaban de la mesa. Harry la observaba con curiosidad, aunque ella sospechaba que entendía lo que acababa de suceder. Él también se había distraído en varias ocasiones esta noche.

"Lo siento, papá", dijo tímidamente mientras se ponía de pie con gracia. "Mi mente estaba divagando".

Su padre asintió comprensivamente. "Ven", sonrió. "Nos retiraremos a la sala de estar. Tengo una idea que puede ser una forma divertida de conocer a 'Arry, y no creo que quieras perdértela".

La mirada perpleja y nerviosa en el rostro de Harry la hizo sonreír. Tenía una idea de a dónde iba su padre con esto, y estaba segura de que Harry estaría de acuerdo. Y tenía razón: ¡sería una excelente forma de que lo conocieran mejor! Recordando su idea anterior, le tendió la mano y sonrió, con la esperanza de que él la aceptara.

Lo miró con cautela, obviamente todavía estaba fuera de sí, pero luego se armó de valor y extendió la mano. Ella sonrió cuando sintió su mano deslizarse sobre la de ella y le dio un suave apretón. Él le devolvió la sonrisa, pero su inquietud le dijo que no tenía idea de qué hacer consigo mismo en una situación como esta.