La mañana siguiente fue silenciosa. Ambos se levantaron con resaca —sobre todo Marc— y no había ánimos de hablar tras la charla del día anterior. Mientras Spector evitaba la mirada de la rubia a toda costa, Steve no dejaba de mirar a la mujer que con tanto dolor se había desahogado en la noche, quizás porque él sí lo recordaba. Marc sólo quería que se fuera, que volviese a su vida perfecta con su marido, su gato y su mejor amiga. Porque efectivamente, el chico sabía lo que había pasado en la vida de Marlene el tiempo que había pasado sin él. Al principio no había querido inmiscuirse en su vida, pero el dolor de la separación se había ido haciendo más grande con el paso del tiempo, y a pesar de haberse casado con Layla, no había logrado calmar ese gran vacío en su interior. Ese fue el motivo de que iniciase una búsqueda exhaustiva del paradero de la rubia, que le llevó bastante tiempo y esfuerzo. Marlene había cortado raíces con su familia, había abandonado el mundo de la arqueología y había rehecho su vida junto a otro hombre. Más de una vez estuvo a punto de interponerse en su camino, de abrazarla o de al menos hacer que posase sus ojos en él. Sólo quería que no se olvidase de él y lo que pasó entre ellos, aunque fuera egoísta de su parte. Pero Konshu le había dado un golpe de realidad, y debía mantenerse firme en su sentencia —porque así lo sentía, un castigo.
Casi le costó articular palabra para hablarle acerca del informante que había logrado encontrar, al que sabia que debía ver pronto porque nadie que supiera sobre este caso estaba a salvo. Razón de más para querer a Marlene lejos de allí, lejos de él. Todo el tiempo que había sacrificado, todo el dolor que había sufrido, se habían ido por la borda gracias a los últimos acontecimientos.
—Iré yo a por él—afirmó mirando su móvil.
—Ni hablar—se negó—. No es por desconfiar... Bueno, en realidad, sí; No tienes buena reputación.
Marc hizo una mueca, aunque consciente de que se lo merecía, no dijo nada más.
Por desgracia para ellos, cuando llegaron hasta donde Marc había localizado al informante —él indudablemente antes ya que tenía más agilidad saltando por las casa— ya era demasiado tarde. La pelea comenzó tan rápido como terminó, ya que Marc —o mejor dicho Steven— agarró a la rubia y la arrastró hasta un taxi mientras ella intentaba averiguar qué estaba pasando.
—Creía que íbamos a acabar con esto, ¿qué se supone que estás haciendo?—preguntó exasperada—. Si vas a huir otra vez quiero que sepas que yo no soy como tú, me quedaré a arreglar este asunto.
—Escucha, sé que no debería haberte metido en esto, pero aún no es muy tarde para que te vayas—dijo nervioso—. Este tipo, Marc, es un capullo. Es mejor que te alejes de él —de nosotros— y volvamos a nuestras vidas. Esto es una locura.
Marlene no podía estar más confusa. Hace un momento estaba con un Marc decidido, cerrado y cabezota y al segundo estaba siendo arrastrada por un, ¿Steven?, nervioso y que se disculpaba por algo que ni él entendía.
—Esto ya no es sólo decisión tuya, o vuestra, ya no sé con quién hablo—contestó, también le dijo al conductor que parase—. Si tú quieres volver a tu vida de antes, vuelve, pero yo no pienso escapar.
Tan confuso como la primera vez, de repente Steven ya no estaba, y ahora un Marc más confuso y enfadado corría por las calles tras los hombres que había dejado escapar antes. Marlene, sin poder articular palabra, salió corriendo tras ellos, sólo para ver como se los llevaba hacia una parte más alejada de la ciudad. Parecía más agresivo que antes.
—¡Marc! O Steven, ya no lo sé—exclamó al ver el desastre que había hecho, con una daga en la mano y los hombres sangrando en el suelo— ¿Qué demonios estás haciendo? Esto no es lo que se supone que debíamos hacer, necesitamos sacarles información. Oh dios...
—Steven, ¿qué has hecho?—murmuró Marc al volver en sí, sólo para descubrir que su otro yo tampoco había sido el responsable.
—¡Oye, quien quiera que seas, es sólo un niño!— exclamó al ver cómo avanzaba con seguridad hacia el chico, que estaba arrastrándose en el suelo hacia el precipicio.
—¿Dónde está la tumba?—preguntó Marc, dándole una mirada de advertencia a Marlene para que no se entrometiera—. ¿Y Harrow?
Sin embargo, nada salió como tenía planeado, ya que el chico prefirió suicidarse antes que traicionar a Harrow. Marlene miraba sorprendida a Marc, que comenzó a hablar sólo —o con Steven, según había escuchado.
—¿Marc?
De pronto el cielo se oscureció, y una especie de eclipse apareció en el cielo. Algo que ninguno de ellos entendía bien estaba por ocurrir.
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ᴜɴᴘʀᴇᴅɪᴄᴛᴀʙʟᴇᵐᵃʳᶜ ˢᵖᵉᶜᵗᵒʳ
FanfictionMarlene Alraune se adentra en una loca aventura de dioses cuando se encuentra con Steve Grant en el museo. Portada hecha por @bartnolans