Capítulo III: Sí, quiero dormir.

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Las manos que se asomaban; eran esqueléticas mientras otras aún conservaban carne en algunas áreas, otras se veían como manos normales solo con algunos rasguños.

Xie Lian y Hua Cheng se acercaron a estas jaulas dejando una distancia considerable. Se podía ver los dueños de esas manos,  ¡Tenían manchas negras en sus cuerpos! Comiéndose la carne de sus huéspedes. Se escuchaban pasos así que Xie Lian y Hua Cheng se escondieron detrás de unas cajas. Desde el lugar que entraron se veían unas sombras con unas pequeñas llamas y a lo lejos se escuchaban dos voces.

-Escuché por parte del general que llegaron visitantes con una fuerte energía espiritual, eso es una buena noticia ya me cansaba de sobrevivir a base de pequeñas porciones y hacer estos estúpidos escándalos al mes.

-A este ritmo lo haríamos por semana, ya mucho de nosotros están pereciendo.

Esas sombras se acercaron hasta ya estar cerca iluminando sus rostros, se veían como guardianes comunes a excepción que uno tenia seis piernas y otro tenia cuatro brazos. Se acercaron a la misma jaula que vieron Xie Lian y Hua Cheng.

- Creo que este grupo ya esta listo, avísale a los demás.

Uno de ellos se fue de la prisión mientras el otro sacaba unas llaves abriendo la puerta de la jaula sacando el grupo haciendo una fila. Al poco momento vivieron más guardias teniendo rasgos que los diferencias trayendo consigo más grupos de personas pero sin manchas o alguna anormalidad.

Xie Lian y Hua Cheng dejaron su escondite hace tiempo mezclándose con la multitud. Los guardias los escoltaron por un agujero que salió de la nada.

Mientras avanzaban, el camino se hacia cada vez más estrecho, ahora estaba sin las dos paredes. Llegaron a un lugar enorme con una cascada solo dejando ver el camino aún continuaba. Siguieron avanzando hasta que pararon enfrente de la cascada. Uno de los guardias empezó a gritar recitando algunas palabras incoherentes haciendo temblar todo el lugar subterráneo.

Xie Lian no se hizo esperar y junto con Hua Cheng derribaron a los guardias noqueandolos y solo dejando al guardia que tenía cuatro brazos.

Xie Lian sujeto al guardia por el cuello sin perder su sonrisa.
-No quisimos recurrir a la violencia pero si no actuabamos rápido me temía que las cosas se saliesen de control.

El guardia se sintió indignado viendo como el otro liberaba a los prisioneros y sus compañeros ya siendo tirados por todo el estrecho suelo del camino.

-¡Ustedes! Ja, no es de esperar de un Oficial Celestial y de una Calamidad.

-...

-Todos liberados, Gege.

Hua Cheng se acerco a Xie Lian que aún tenía en manos al guardia de cuatro brazos.

-Gege, suelte a esa cosa.

El guardia fue tirado y pisoteado en el pecho.

-Habla si aprecias tu inmunda vida.

El guardia solo río entre dientes. -Como ordené su majestad.

El guardia empezó a gritar de nuevo recitando esas extrañas palabras y así haciendo temblar más el lugar. De la cortina del agua salió una gran masa gigante y entre los temblores el guardia se safó de la presión bajo su peso arrojándose ante esa masa gigante.

No Esta Vez, Viaje Al Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora