No Esta Vez, Viaje Al Pasado.

Capítulo IV: Un sentimiento mutuo.

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Xie Lian despertó con los rayos del sol en sus ojos. Cubrió su rostro con sus mangas protegiéndose de la fuerte luz del sol que amenazaba de enrojecer su rostro, en maltratar su vista. Sus ojos estaban hinchados se levantó y en el momento en que la parte superior de su cuerpo dejó el suelo sintió mareos y peor cuando se puso de pie haciendo que la ola de mareo se expanda por todo su cuerpo haciéndole temblar por cada paso que daba.

Su cabeza dolía, llevándose una mano para tratar de aliviar el dolor. Cuando la palma de su mano tuvo contacto con el cuero cabelludo la aparato de golpe, estaba caliente todo su cuerpo estaba caliente como si hubiese trabajado o recogido basura todo el día bajo el manto del sol abrazador, sin descanso.

—Oh.

Xie Lian no sabía si tenía que reír por esto o llorar por aquello.

¡Estaba afuera del Santuario en la parte trasera!

Después de mucho, logró finalmente entrar al Templo y luego se sentó bajo la sombra del techo. Haciendo memoria ¿Cómo terminó afuera?

Se esforzó en recordar, ignorando las fuertes punzadas de dolor en su cabeza solo haciendo una mueca de disgusto, como mínimo. Ayer que regreso de aquella velada entró al templo y se derrumbo de inmediato y se quedó llorando por el sentimiento de culpa, angustia, impotencia, sus emociones eran un desastre era un poco de todo y hasta que se quedó dormido. Y que más...

Simple, se despertó en medio de la madrugada, tenía sed y todo estaba oscuro y estába medio dormido y medio despierto, en la oscuridad solo veía la luz de la luna que se filtraba entre las aberturas de la pared salió al exterior de la parte trasera y se quedó viendo el cielo azulado decorado con estrellas, tal vez era por su falta de conciencia despierta pero las estrellas las miraba como si fuesen mariposas plateadas brillando en medio de la oscuridad que pareciese que en cualquier momento descenderian del cielo iluminando su camino guiándolo hasta su destino incierto.

Y las siguió viendo con maravilla hasta que el agotamiento invadió su cuerpo haciendo que sus piernas ya no pudieron mantenerlo de pie y se desplomó en una pila de hojas a medio recoger y su visión se oscureció junto el tintineo brillante de las mariposas estrelladas.

Ahora su corazón dolía dejando un gran vacío en su interior.

Antes que nada tocaron la puerta, los golpes eran fuertes como si hubiesen golpeado por mucho tiempo hasta que la paciencia se agotó ¿Cuanto tiempo había pasado metido en sus pensamientos?

Se obligó a levantarse arrastrando sus pies hasta la puerta. Estaba por abrir cuando su mano flaqueo, de nuevo, esta puerta lo hacía ponerse melancólico pero no tuvo tiempo para deprimirse y recordar detalles de nuevo con los golpes de afuera despertandolo de su estado de distracción.

Abrió la puerta y unos brazos lo rodearon por el cuello haciéndolo perder un poco el equilibrio.

—¡Alteza! ¡Pensé que de nuevo lo habían enviado al peligro!

Xie Lian parpadeó, la voz era un poco chillona pero no irritante y tenía un tono de preocupación pero no estaba deprimida, más bien animada pero tampoco contenta.

Xie Lian palmeo su espalda en un intento de calmarlo, sin éxito.

En efecto, esta persona que se abalanzó hacia Xie Lian era Shi Qing Xuan, El ex- Señor del Viento.