Deseo estar a tu lado... [DekuKatsu]

Capítulo 7: Conexión...

—Maldición, estoy tan cansado...— se queja el rubio abriendo la puerta de su hogar.

Junto a Izu-flor se dirige a su dormitorio. Katsuki le deja sobre el escritorio para después dejarse caer sobre su cama, sus ojos se cierran y de inmediato se queda profundamente dormido.

Izuku se preocupa, pero entiende que este cansado, después de todo, el día de hoy sucedieron varias cosas de manera repentina así que es normal que se sienta así. Izuku le contempla atentamente, observando su  lenta respiración y por alguna razón, a él también le está comenzando a darle sueño.

—Qué extraño...— piensa mientras intenta mantener los ojos abiertos —En estos 200 años no me había dado sueño antes...

Y sin más, Izu-flor se a quedado dormido también, así la pequeña flor comienza a recordar a través de sueños su vida antes de convertirse en una flor.

Katsuki por su parte comienza a soñar también, pero dentro de ese sueño, puede ver a un hombre joven de peculiar cabellera verde rizada y singulares pecas adornando su cara, sin mencionar que su ropa es de otra época. Puede ver también que está dentro de un hermoso bosque.

—¿Dónde estoy? ¿Qué diablos es este lugar?— piensa en voz alta observando a su alrededor.

Katsuki decide acercarse a aquel joven e intenta hablar con él, pero este no le presta ni la más mínima atención cosa que lo hace enfurecer.

—¡¿Estás sordo o qué?! ¡Te estoy hablando bastardo!— con enojo, intenta sujetarlo del brazo pero su mano le atraviesa cómo si fuese un fantasma —Genial. ¿Ahora se supone que soy una clase de jodido fantasma?— suspira con pesadez al concluir que es algún tipo de sueño pues intenta tocar todo aquello que está a su alcance pero simplemente no puede.

Posa su vista en el peliverde observándole fijamente, preguntándose quién será ese sujeto, el cuál por alguna razón, no puede dejar de mirarle. Hay algo en ese sujeto que despierta su curiosidad.

—¿Por qué siento cómo si lo conociera?— se cuestiona mientras comienza a seguir de cerca a ese joven —¿Una aldea?— Katsuki acelera el paso para poder caminar al lado del peliverde.

Al salir eel bosque y al entrar en la aldea, observa curioso cómo las personas que se cruzan en su camino saludan con alegría al pecoso peliverde preguntándose si aquel sujeto será alguien importante en ese lugar. Pero nota algo sumamente extraño, ya que al momento de que los lugareños le hablan al joven, en ciertas partes puede escuchar un ruido sordo. Y eso solo ocurre cuando, a lo que él concluye, es el nombre del pecoso. Es cómo si algo no quisiera que escuchase el nombre del joven. Se pregunta la razón del porqué sucede aquello por lo que su curiosidad cada vez es mayor, así que no perderá de vista a ese tipo. Durante el trayecto el peliverde se detiene en diferentes puestos para comprar algunos víveres. Katsuki supone que son para la cena, puesto que faltan algunas horas para que el sol se oculte. Y después de caminar por un largo sendero el pecoso se detiene frente a una cabaña en la cual se encuentra una mujer justo en la entrada, quién el rubio supone es su madre por el gran parecido que tiene con él, excepto porque la mujer es un poco más baja de estatura y regordeta que él.

—¡Mamá! ¡¿Qué estás haciendo levantada?!— el joven preocupado se acerca a su madre —Deberías guardar reposo...

—Lo siento cariño, pero ahora que me siento un poco mejor quería esperarte y de paso tomar un poco de aire fresco.

—Entiendo, pero no debes hacer un sobreesfuerzo ¿de acuerdo? No quiero que tu salud empeore.

La mujer asiente sonriéndole con cariño a su hijo y ambos entran a la cabaña. El rubio no se quiere quedar atrás y estando a punto de entrar cuando es despertado de golpe por el sonido de su celular. Toma el  celular para ver qué hora es preguntándose qué fue lo que soñó pues no recuerda nada. Intenta recordar pero no puede hacerlo.