Días de Amargura

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Jamás en su corta vida había sentido tanto dolor físico , emocional , espiritual , ni siquiera cuando tenía esas sesiones de entrenamiento con su padre Hyuga Hiashi , había experimentado un dolor tan inmenso como el que ahora estaba sintiendo.

No es que fuera la única , claro que no , en aquella masmorra tan espeluznante habían más mujeres , desde ancianas y mujeres jóvenes , hasta otras niñas como ella .

Que paso ? Cómo es que de estar a unos días  de celebrar su cumpleaños número cuatro , había acabado en este horrible lugar ? Porque su padre no iba a salvarla ? Cómo estaba su madre y su hermanita que aún nos había nacido ?

Esa y muchas otras preguntas rondaban por su pequeña cabecita sin saber que el infierno apenas empieza

( . . . )

El grillete en su cuello causaba escozor, así como el que estaba en su tobillo derecho. Ambos limitando en gran manera sus movimientos.

Por lo que la quietud era, hasta ahora, la mejor opción para mitigar el dolor de sus extremidades.

A lo lejos podía escuchar el sonido de los latigazos que le daban a los esclavos encargados de la limpieza. Ella estaba en la categoria de mascota exótica, así que si principal función era la de entretener a sus amos.

-. Ha estos esclavos inútiles, deberíamos cambiarlos -. Su dueña hablo detrás de ella, tenía sujeta la cadena de su cuello -. Mira que dejar tu jaula sucia, no quieres nuevos limpiadores para tu jaula perla? -. Le pregunto la tenryūbito a la pequeña ojiluna.

-. No es necesario mi señora -. La niña dejo su mirada al frente, una mirada vacía y sin brillo, mientras con una sonrisa falsa le respondía a su dueña -. Estoy muy agradecida con lo que me a dado.

La pequeña había aprendido a sobrevivir en ese infierno, a muchos esclavos los mataron ni bien entraron su primer día a Marijosea. Los rebeldes y los que se negaron desde un principio a obedecer fueron los que primero perecieron.

Si ella quería volver a ver a su familia tendría que aguantar hasta que estos la rescatarán. Ella estaba segura de que la rescatarían.

-. Aaaaw eres la mascota más linda que he tenido hasta ahora -. Dijo jalando levemente su collar -. Vamos enséñame esa nueva canción que aprendiste -. Dijo la huesuda mujer.

La tenryūbito la llevo hasta el salón del té, donde había una especie de podio en el centro del mismo con la finalidad de que ella estuviera sobre el.

Al fondo de la habitación había una variedad de instrumentos musicales,los cuales estaban siendo limpiados y acomodados por un niño de cabellos castaños claro.

Si mal no recordaba era solo un año mayor que ella, su nombre era Yopopoí y había estado de venta el mismo día que ella. Con sus grandes dotes musicales había logrado cautivar a su ama, por lo que ahora tenía que cumplir las mismas funciones que ella, entretener.

-. ¡Tu esclavo #34, ven ahora mismo! -. Grito la huesuda mujer haciendo que el niño soltará lo que estaba haciendo para postrarse ante ella -. ¡Quiero que toques una linda melodía para que mi mascota canté! -. Ordenó la tenryūbito

-. Si mi ama -. Respondió suave aún con la frente pegada al piso.

Cuando el niño se levantó del suelo, se dirigió a los instrumentos al fondo de la habitación escogiendo un arpa. Ellos ya sabían que canción le iban a dedicar aunque no les gustará .

( . . . )

Si bien es verdad que vivir en la esclavitud es algo que hinata jamás hubiese imaginado a tan corta edad. Ciertamente era más calmado atender a las adultas con una buena canción y un te, no que estás no te hicieran daño pero aún así, era mucho mejor que entretener a los hijos de los tenryūbitos. Sobretodo si son adolescentes.

Por lo que la pequeña Hyuga se encontraba en fila con otros niños, eran unos ocho en total. Al parecer los hijos de sus amos querían ver qué esclavo corría más rápido.

Por detrás de los niños, se podían ver a unos perros de diferentes tamaños, estos eran la garantía para que los más pequeños corrieran.

-. Ya sabes esclava #12 debes ganar para nosotros, de lo contrario te castigaremos -. Dijo un adolescente de aspecto vomitivo, un muchacho de gordura morvida, jalando la cadena que mantenía cautiva a la niña Hyuga.

-. Hai

-. Hermano si no gana lo mejor sería que la matemos no crees -. Otra tenryūbito hablo, esta vez una chica de mejilla huesudas y maquillaje exagerado -. Si no nos sirve siempre podemos conseguir otra.

-. No lo creo, a madre le gusta mucho esta esclava -. Dijo el adolescente suspirando irritado -. Y como no hay otra de su raza que sea igual de bonita mamá se enojara si la matamos.

Hinata respingo ante lo dicho por el mayor. Entonces ellos estuvieron viendo a otros Hyugas para comprarlos. Ella no podía permitir que pasaran por aquel infierno, por lo que decidió.

-. “tengo que ser la mejor, perder no es una opción para mi” -. Pensó con determinación. Y así

La carrera había dado inicio. Con los niños corriendo con los perros detrás de ellos para morder los ninguno quería quedarse atrás.

Hinata corría tanto como sus pequeñas piernas se lo permitían, sentía sus pulmones arder por el esfuerzo. Todo su cuerpo en general no estaba en condiciones para una carrera así, es decir, la falta de alimentos, agua potable e higiene en las mazmorras podía agotar a cualquiera, eso sin contar los castigos dados por sus amos debido a equivocarse la tenían muy debilitada. Aún así Hinata fue capaz de llegar en segundo lugar( aunque esto para sus amos no fue suficiente)

Pero. . . Ninguno de los niños contó, que aún cruzando la meta los perros los alcanzarían. Así que allí estaban, siendo mordidos por una jauría de perros mientras los hijos de los tenryūbitos se reían a más no poder.

-. ¡Aaah hermano no es justo! -. Chilló la espantosa muchacha noble -. Nuestra esclava no gano. Vez debimos escoger otro esclavo -. Se quejo la chica con su hermano . Todo esto mientras propina a fuertes latigazos a la niña.

El adolescente subido de peso tomo otro látigo que estaba cerca y comenzó a dar golpes aún más fuertes que los que daba su hermana. La pequeña ojiluna que de rodillas aguantaba valientemente los golpes propinados, no puedo hacer más que tragar grueso y sonreír para que no la matarán.

-. Levántate -. Ordenó el tenryūbito, a lo que la pequeña obedeció sin chistar.

Pensó que iban a volver a azotarla pero, esto no fue así . El tenryūbito comenzó a sacar su miembro de su ropa, hinata no era tonta ella sabía muy bien lo que era eso porque su madre se lo explico una vez, pero no comprendía porque hacía eso tan de repente.

Sintió un líquido caliente recorrer toda su pequeña cara con rapidez, intento cerrar los ojos pero escucho el sonido del látigo hacer eco en la sala así que los dejo abiertos. Aquel asqueroso ser le estaba orinando encima como castigo por haber perdido.

Quería llorar, quería gritar, pero sobretodo. . . Quería morir

REVOLUCIONARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora