Capítulo 3

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Año 2030 ( G.C.C )

Tal como una roca que es acariciada por la corriente de agua, lo que llamamos tiempo es moldeado por una cantidad constante de frecuencias de sucesos. Una constante trasformación. El futuro que se convierte en presente y el presente que se vuelve pasado. Una y otra vez, por la eternidad. Estamos destinados a no poder escapar. Sin embargo, dentro del cosmos que se expande fuera de nuestra galaxia y a través de las innumerables existente, el tiempo no es tiempo. El tiempo no existe.
Los ingenieros cósmicos crearon desde la macrogalaxia una red con programaciones idóneas para la evolución de la vida dentro del planeta tierra.
Durante una fría noche galáctica, cuando los abismos se encontraban cubiertos de tinieblas y todo era caos, la red fue traída por los comandos espaciales a nuestro planeta y extendida por sobre el límite de nuestra atmósfera.
La red ha funcionado durante millones de años terrestres, programando y activando la vida de una forma preestablecida por los ingenieros para que la evolución sucediera ordenadamente. Tal como había sido planeado desde eones.
Sin embargo, sucedió que tres razas opositoras, provenientes de una galaxia lenticular, se unieron para encontrar la manera de ingresar al planeta a través de la red. Tal como sucede cuando ingresa un virus a un sistema operativo, los opositores alteraron su funcionamiento infectando así a todos los archivos de fuego cósmico modificando los datos y sistemas existentes. Luego de ese suceso, toda la vida y la humanidad entró en una profunda oscuridad. Una desolación insondable.
A través de las épocas, grandes hombres de renombre han sido iluminados con el verdadero conocimiento para que de una forma u otra pudieran torcer el plan de los opositores. Sin embargo, todo fue inútil hasta pasado el año 2012 cuando la red de una vez por todas logró ser desactivada y colocada sobre ella una nueva red para una posterior activación.
A diferencia de todo el planeta, El Hombre Gris encontró la manera de crear una réplica exacta de la red que fue extendida por sobre la Gran Ciudad Confederada, de esa manera, todos los habitantes dentro de la ciudad podrían continuado viviendo y desarrollarse como lo venían haciendo hasta entonces. El Hombre Gris ha sido el protector quien ha velado por cada uno de los citadinos, resguardando sus vidas de los opositores por el costoso precio de manipular, controlar y esclavizar la existencia humana volviéndola presa de su sistema totalitario.
Desde la helada región de Siberia, la facción agresora al mando de los agentes Opositores que se habían infiltrado en los antiguos gobiernos han vislumbrando la posibilidad de volver a activar la antigua red y destruir por completo la nueva que aún no ha sido activada. De esa manera, el control total estaría en sus manos y una vez completada la destrucción total, el planeta les pertenecerá dando paso a una invasión inminente.

Amanda Kiel lleva trabajando para el servicio de Seguridad desde el año 2015 cuando fue necesario reforzar la agencia de inteligencia y llevar más control a la nueva ciudad que se estaba gestando. Ella ha dedicado su vida entera a combatir la subversión encabezando al organismo, planeando, coordinando, ejecutando y supervisando todas las actividades para combatir el accionar insurrecto de algunos grupos opositores a las normativas establecidas dentro de la Urbe.

- he depositado toda mí confianza y solo has logrado dejar escapar a ese chico. - la voz furiosa de Amanda resonó por todo el recinto.
- lo encontraremos cuánto antes, no deben haber ido muy lejos. - trataba de explicar Ronal mientras sostenía el transmisor de radio.
- no deben haber ido has dicho? Quien lo ayudó a huir?
- ha sido mí hija Sombra junto a ese muchacho Likan, ellos lo liberaron.
- tu hija. No me extraña en absoluto, la sangre de su maldita madre corre por sus venas.
- lo único que te pido que no la lastimes.- se escuchó la voz suplicante de Ronal.
-solo envíame su ubicación, yo misma iré por ellos y tu hija será mí prisionera hasta que decida liberarla o matarla.

Ronal tenía la certeza que Amanda no mentía en sus dichos y que no dudaría en matar a Sombra si era necesario, sin embargo, Jan significaba para la comunidad del búnker mucho más que la vida de su propia hija.
Sombra había sido estigmatizada por la comunidad desde muy pequeña y él se había encargado de hacer de ella una persona fuerte y capaz de sobrellevar toda dificultad. Durante los primeros años la niña estuvo oculta a la comunidad, ser la hija de Sarah Gorman significaba una marca imborrable que llevaría de por vida. Si bien, Ronal se había convertido en el hombre más poderoso del búnker luego de haber tomado la decisión de destituir a la madre de su hija del poder, nunca pudo lograr que Sombra no sea vista como una amenaza contra la paz y el orden. Ronal sabía que su hija llevaba la rebeldía infundada en su torrente sanguíneo y por años se convenció que debía prepararla para que algún día abandonara el búnker. Sombra jamás ha podido perdonar la muerte de su madre y eso Ronal lo sabía.

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