tres.

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Younghoon llora con las películas románticas que pasan en el canal 5 los viernes en la noche.

Younghoon me habla con palabras acarameladas y con tono suave me confirma que está ahí conmigo y para mí, incluso cuando ni siquiera yo estoy dispuesto a lidiar con mi propia mierda.

Younghoon me explica cuando me atoro con saber quién dijo qué en qué momento de la historia y me sumerge en cátedras extensas y detalladas de temas que aun no termino de entender. Y estaría dispuesto a repetírmelos hasta que los domine, porque así es él, no duda en reafirmarme datos, sea quién pintó el cuadro por excelencia del expresionismo alemán o si me veo bien en la nueva falda que me compré. Siempre me dice lo que necesito oír. 

Younghoon me llama todos los días a las 2:00 de la mañana cuando mi mente divaga y planea terminarlo todo. Younghoon mantiene mis cicatrices cerradas y mis pies en la tierra.

Siempre llega a nuestras citas a la hora acordada y, si va a llegar tarde, me lo hace saber con al menos dos minutos de antelación; así vayamos a ver una película o a caminar al parque, llega puntual y me espera con una brillante sonrisa que le recorre el rostro de un lado a otro, flores vivas o muertas entre manos. Dice que hago que su corazón florezca y se asegura de dejármelo claro cada que puede, con palabras, con metáforas, con regalos y con actos.

Younghoon dice mi nombre con alegría, con anhelo y con lujuria, de sus labios salen las oraciones más contradictorias y complementarias a la vez, me adora y me desea: de día soy su regalito, su corazón, de noche, soy un vaquero, soy una bestia, un hambriento comepijas, un muerdealmohadas y una gritona. Sabe besarme con delicadeza y con desesperación, conoce cada rincón de mis labios y mis muslos. Acaricia mi alma y mi próstata.

Younghoon es un novio extraído de una novela de cliché adolescente: Es guapo, atento, feroz y cariñoso. Actor, cantante, mesero, novio; tan codiciado y tan mío, incluso mis amigos no dudarían en robármelo si tuvieran oportunidad. Si tan sólo volteara a ver a alguien que no sea yo.

Younghoon es lo contrario a ti.

Estar con Younghoon es como llegar a casa después de un largo día de trabajo a tumbarte en la cama, estar contigo, por el contrario, es como llegar a casa empapado porque ha caído una lluvia implacable y te has olvidado de llevar un paraguas, tomar un baño con agua helada y luego darte cuenta que no hay comida para calentar en la refrigeradora, pedir una pizza calentita y comerla enmantado viendo tu serie favorita. Tú eres calor después de la tormenta, eres una comida deliciosa después del ayuno.

Estar con él, con Younghoon, es estar cómodo. Es la sombra a la que recurres siempre que el sol está insoportable y tú eres una bonita bermuda para vestir en esos días de calor asqueroso. Eres pasar con buena nota una materia que creías perdida. Eres tan imposible, tan impredecible. Estar contigo es aprender a sobrellevar las adversidades, me guste o no, cueste lo que me cueste. Tan desafiante como recompensante.

Tal vez me harté de las buenas notas y extrañe a duras penas pasar. Extraño el calor de una manta luego de haber sido empapado en lluvia. Anhelo esa tarde de domingo que me apapacha el esfuerzo de sobrevivir a la semana y me prepara para lo que viene.

Solo probando tener sombrilla en la lluvia me di cuenta que me gusta estar empapado.

-LH.

The Way I Loved You | JUJAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora