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Los días cada vez pasaban más rápido y la futura expedición está pisandonos nuestro talones,todos sabían de aquello ya que los líderes se habían puesto más exigentes que nunca. Yo estuve desde la mañana encerrada en la oficina del capitán, ayudando a Erwin de terminar su papeleo y desarrollando estrategias por si sucede un error en la expedición.
-Rochelle, te puedes retirar a almorzar, yo terminaré eso solo.
-¿Seguro?
-Si, con tu ayuda aventajé demasiado, solo es firmar algunos papeles.
-Bien - me levantó de mi asiento- ¿Te traigo el almuerzo?.
-No, muchas gracias- dice concentrado en su papeles-Tomate la tarde, mañana va ser un día ajetreado.
Ya mañana es el gran día. Va ser un día pesado, porque debo estar pendiente de los titanes y del trio, por si quieren hacer algo ilegal encontra de la legión. No serían tontos, de olvidar su misión principal. Podrian acabar con él Capitán y robarle durante la misión estando fuera de las murrallas, podrían hacer pensar que fue culpa de su escuadrón por no protegerlo al ataque de un titán , y sería muy convicente.
-Muchas gracias Capitán- hago una reverencia con la cabeza- Me retiro con su permiso- Dicho esto, salgo de su oficina a paso moderado.
Si tengo la tarde libre, puedo privilegiarme dándome una ducha, lo necesito para despejar mi mente, siento un dolor terrible, que me cuesta pensar.
Y me disponga cambiar mi ruta y dirigirme al baño. Una vez aseada y arreglada, decidí llevarme mi libro antes de dirigirme al comedor, lo quiero terminar por mientras entre el almuerzo.
Al llegar al comedor, está aislado, ninguna alma, si contábamos a los cadetes asignados a preparar la comida del día. Sin tanta tardanza, me dirijo a la cocina, pero solo había una persona ahí, eso me extrañó, le iba a quitar la importancia, a no ser porque reconocí el rostro de este cadete.
-Buenas tardes Steve- saludó, al parecer no se di cuenta de mi presencia porque provoqué que diera un salto.
-Cap-Capitan, me asusto- suspira- No me diga que ya es la hora de almorza, porque si es así estoy tardando mucho en servir el almuerzo- dice preocupado.
-La verdad te faltan media hora para que los reclutas lleguen hambrientos- digo mientras veo el reloj pegado a la pared.
-Agh... detesto cocinar para tanta gente- dice frustrado.
-¿Porqué estás tú solo? -cuestiono por mera curiosidad.
- Todos están en la enfermería, a causa del trío - contesta mientras estaba concentrado cocinando.