Un Peón Caído [ Levi x Erwin x Rochelle ]

011

- ᴛɪᴛᴀɴ sᴏɴʀɪᴇɴᴛᴇ-

...

Mi garganta arde como si utilizaran sobre mi piel un hierro candente ... Me costaba respirar....Sentí mi cuerpo pesado...

-Subcomandante

-¿Novedades? - mientras respiraba con complicaciones.

-Cada vez entra infinidad de Titanes... dudo que nosotros podramos exterminarlo.

Suspiro con pesadez. - Pienso lo mismo, lo menos que podemos hacer es evacuar lo antes posibles a todos los ciudadanos- digo mientras fijo mi mirada en un Titan.

-Subcomandante... ¿Está segura de seguir combatiendo? Se ve muy pálida de lo habitual, está en bajas condiciones de seguir peleando.

-No... no estoy segura de mi condición pero puedo dar lucha- mientras me aferro a mis cuchillas. - Es mi deber como Subcomandante de protegerlos.

-Yo y mis compañeros estaremos con usted Comandante- los volteo a ver mientras me hacen el saludo militar. Yo solo asentí agradecida.

-¡Inicien la evacuación!- espetó a mi nuevo escuadrón improvisado, tenia que ponerme de acuerdo con la policía estacionaria para comenzar una evacuación efectiva.

Disparó los arpones hasta subir al muro, usando la menor cantidad de gas que podía y desde allí rebano varias nucas titánicas, imitando la forma en la que Levi mataba. Gracias al azabache me explico su manera tan peculiar de atacar, pero cada vez que mataba a un titan, mi respiración se volvía irregular y me provocaba un mareo,detestaba enfermarme, me ponía más débil de lo normal, pero ahorita no es el momento de quejarme.

...

Sigo de esa manera, rebanando nuca por nuca pero los titanes no dejaban de llegar. Parecía que el infierno en la tierra era aquella ciudad. Solo escucho unos gritos cerca de donde estaba y no dudó en socorrer a la mujer que estaba sobre la mano del titan.

-¡Desgraciado! - bramó cortando sus manos y dejándole temporalmente ciego.- Soldado lleven a la mujer a la muralla María.- ordenó, el cadete no dudó , solo lo veo moviéndose con agilidad entre las ruinas de lo que una vez fue Shiganshina, mientras yo le hacía escolta.

Los gritos, llantos y lamentos se oían por todos lados, la sangre estaba impregnada en mi vestido blanco, parecía a una lunática en estos momentos, las calles de la ciudad estaba igual o peor. Restos humanos estaban por doquier, brazos, piernas, lo que alguna vez fue un torso, esparcidos por las calles. Cuerpos enteros aplastados por escombros. Era un verdadero infierno, uno que jamás había vivido hasta ahora.

Cerca de los barcos que rodeaban el canal que tenía la ciudad, estaba mi escuadrón improvisado. Evacuando y trayendo víctimas para llevarlos a salvo hasta el muro María, todo era un caos y los soldados no dejaban de llegar, llenando los barcos.