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- ¿ᴛᴜ ᴅᴇʙᴇʀ ᴇs ᴀʀʀɪᴇsɢᴀʀ ᴛᴜ ᴠɪᴅᴀ?-

- ¿ᴛᴜ ᴅᴇʙᴇʀ ᴇs ᴀʀʀɪᴇsɢᴀʀ ᴛᴜ ᴠɪᴅᴀ?-

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...

Silencio...eso es lo que más deseo en estos momentos.La mirada de unos cuantos civiles sobre nosotros me mantenía bajo presión pues sus palabras no resultaban ser muy alentadoras.

"¿Cuántos regresarán vivos esta vez?" escuché de alguien.

"Ni siquiera la mitad de ellos".

"Serán mierda de Titán"

" 10 monedas de acero, a qué este no viene"

El día de la exploración había llegado, todos los habitantes del distrito exterior estaban allí, esperanzados de que en esta salida, todo mejoraría o hubieran avances; o habían algunos cuantos que solo apostaba quien de nosotros no regresaríamos.

El sol nos acaricia la piel a la multitud de personas que estaban allí, frente a la salida de Shiganshina. Los niños pequeños señalaban con los dedos a los grandes líderes, como a Erwin, o Mike, quién era el más amado por los niños, ya que era conocido como el hombre más fuerte de la humanidad. Justo ahora me encontraba al lado de Erwin.

Las campanadas no se tardaron en oír, aquello significaba que fuera de los muros no habían titanes, y podrían salir sin inconvenientes.

-Saldremos pronto -Erwin me sacó de mis pensamientos.

Yo solo asentí, no tenía ganas de hablar, me sentía presionanda... debía de estar a pendiente de él y de los nuevos reclutas, por las obvias razones.

-¿Te sientes presionada? -cuestionó a lo que yo asentí-. ¿Es por mi culpa? -volví a afirmar-Mmm ya veo, disculpa si te provoco eso.

-Yo soy tu escudo -dije finalmente, volteándolo a ver para conectar miradas.

-Tu eres mi escudo -repitió como analizando cada detalle de esta dicha oracion, una leve sonrisa aparecio en su rostro.

-Hay que hacer nuestra tradición- menciona mientras se retiraba su collar, yo lo imitaba pero esta vez, yo con mi anillo- Recuerda que regresando de la misión nos tendremos que devolver.- yo tome con delicadeza el collar, él tomo mi anillo, una vez puesto en mi cuello, solo veo la hermosa piedra verde que poseía, me mencionó alguna vez, que su collar le pertenecía a su padre fallecido.

Cada vez que salíamos de las murallas hacíamos esta tradición, para obligarnos a regresar con bien y reencontrarnos, es bello tener algo apreciado de alguien que te importa pero a la vez triste porque quién sabe, si uno de nosotros regresaríamos.

Lo último que escuché antes de que las enormes puertas comenzaran a abrirse de una forma lenta y tortuosa fueron las estruendosas campanadas que indicaban nuestra salida.

- ¡Abran las puertas! - la firme y estridente voz del comandante Shadis se hizo presente, colocándole la piel de gallina a más de alguno.- ¡Hoy será un paso más y nosotros lo daremos! ¡Muéstrenme el resultado de su entrenamiento! - ordenó mientras alzaba su mano.- ¡El poder de la humanidad debemos mostrarlo! - mientras más hablaba, las paredes que sellaban la entrada iban abriéndose, dando paso al túnel que les separaba del exterior.- ¡A todas las unidades, esta es una orden! ¡Avancen! - dicho esto, el comandante Shadis fue quién dirigió la salida, dando trotes rápidos con su corcel, siendo seguidos por mi escuadrón que era la de Erwin.

Un Peón Caído  [ Levi x Erwin x Rochelle ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora