Esta es la última parte de esta historia, un pequeño extra que escribí para WendigoM como premio por ser el mejor comentarista a mis historias, aunque es más un agradecimiento por haberme dejado un comentario tan bello que me hizo sonreír.
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Vacaciones
Lucius sabe que Narcisa está bastante emocionada con ese fin de semana. También es consciente que Draco ha estado retorciéndose de frustración desde que se enteró, y no era que Draco tuviera problemas con los hijos de Harry Potter y su Lord, era simple y llanamente que Draco sabía muy bien lo que implicaba cuidar a la realeza de su mundo, y él mismo no era estúpido. Acepta el honor, pero maldice su suerte.
Harry Maldito Potter no quiere elfos domésticos haciéndose cargo del cuidado de sus hijos y, aunque él mismo se lo ha dicho a Narcisa más de una vez con la intención de que la imagen de pañales sucios se presente de forma gráfica en su mente, su esposa cree que todo el asunto de "no magia en la crianza" es una idea maravillosa. Algo que todos los magos y brujas del mundo deberían de intentar poner en práctica.
"Esto se llama conocer a tus hijos y preocuparte por ellos, Lucius", por supuesto, ella siempre fue del tipo de bruja que aceptaba los cambios generacionales y todas las ideas modernas en torno a la crianza de los hijos.
A Lucius no le queda más que cuestionarse cómo fue que su esposa le permitió, entonces, criar a Draco tan atado a las más antiguas y nobles costumbres de los Sangre Pura.
Cuando uno de sus tantos y muy necesarios elfos domésticos aparece en salón donde están tomando el té, Draco toma aire y se dirige a la entrada, siendo seguido por sus padres. Lucius sabe todo lo que se viene y de verdad siente deseos de lanzarle un muy desagradable hechizo a su esposa que parece brillar en el momento que le entregan a la dormida bebé de casi dos años en sus brazos, mientras que el pequeño engendro de seis años abraza por la cintura a Draco. Los espera un fin de semana bastante duro, sí es que la enorme maleta que Harry le entrega a Draco es un claro indicativo, además de la mirada severa que el Lord les dirige a todos antes de tomar a Harry del brazo y obligarlo a dejar a los niños en sus manos.
No hay palabras de despedida con los niños cuando sus Amos salen de la mansión, así que Lucius supone que quieren evitar hacer un escándalo. Él y Narcisa también se escabullían cuando Draco estaba ocupado con otras cosas para dejarlo en manos en de los elfos y evitarse la pataleta.
—Draco ¿Podemos volar? —Prince es una pequeña cosita encantadora que le sonríe a su hijo, y Lucius puede imaginarse a su Lord con la misma edad, usando esa sonrisa con hoyuelos y brillantes ojos para manipular a las personas que lo criaron.
—Harry dijo que nada de escobas, nunca obedeces cuando te dicen que no vueles muy alto —Draco suspira y toma al niño de la mano para empezar a seguir a su madre. Narcisa encabeza su marcha hacia la habitación en la que los pequeños van a dormir y es esa sonrisa brillante y llena de anhelo lo que hace que Lucius se vea tentado en tratar de tener otro hijo, pero no puede sacarse de la cabeza que seguramente su mujer le exigiría darle una crianza libre de magia. No, Narcisa puede esperar a que Draco tenga sus propios engendros—, pero sí prometes ser bueno podemos nadar un rato en el estanque.
