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Mañana era el gran día en que descubrirán finalmente que era Gyō. Takemichi tenía la corazonada de que iba a ser un niño, mientras que Manjiro le decía una niña. En cualquier caso estaban de acuerdo que le amarían sin importar qué.
Hinata estaba de visita ese fin de semana cuando sólo estaba su mejor amigo en el hogar, había llevado cosas básicas para su futuro sobrino luciendo emocionada mientras le explicaba a Takemichi para que funcionaba cada cosa. Y cuando ambos estaban en la cocina tratando de seguir una receta de repostería el omega se asustó de escuchar un chillido por parte de su amiga arrojando los utensilios de cocina contra el fregadero para acercarse rápido a la puerta que daba al patio trasero.
-Takemichi, ¿ella es Yui? -dijo completamente enternecida.
Resulta que la niña que les había interrumpido el primer día cuando fueron a ver la casa, en cuanto se entero de que el omega llevaba un bebé no había fin de semana en que no le llevara algún regalito como alguna piruleta o un pequeño dulce a manera de regalo. La pequeña sin duda era adorable.
La mamá se entero de ello, yéndose a disculpar con la pareja pero le dijeron que no había ningún problema en que Yui les visitara.
-¡Es tan adorable! -dijo derritiendose. La niña en verdad parecía una pequeña muñequita.
Takemichi sonrió alvidiado de que no haya sido nada malo -Cariño, ¿qué te trae por aquí?
Yui levantó sus manitas, entre ellas había un dulce de cereza -Esto, pala bebé -respondió.
El omega acarició su cabeza terminando de salir por la puerta -Oh, gracias -dijo sonriente, la niña de cabellos castaños pareció gustosa de recibir el gesto -. Gyō estará muy feliz de recibir esto -comentó con voz cantarina.
Hinata se colocó de cuclillas para estar a la altura de Yui -Hola, es la primera ves que me ves, ¿cierto? -saludó -. Mucho gusto.
Ella le apuntó con el dedo -Bonita -fue todo lo que dijo, pero eso fue todo para que la beta recibiera un flechazo directo en el corazón.
Cargó entre sus brazos a Yui sin dejar de sonreír -Bien, bien. ¿Te gustaría comer el pastel que está tía bonita está preparando con el tío bonito? -ella asintió con sus ojitos brillando de emoción -. Entonces entremos.
Takemichi observaba la escena desde atrás, pero el sonido de la cerradura queriendo ser abierta de manera manual, siendo un sistema digital, hizo que su sonrisa se borrara cambiando su expresión a una seria y sin decir nada se aproximó a la sala de estar, no quería preocupar a Hinata ni mucho menos espantar a la pequeña.
