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Takemichi observaba a los dos sin perderse ningún detalle en sus movimientos. Mikey se levantó del sofá con el rostro serio caminando unos paso hasta estar delante suyo como si quisiera esconderlo de la visión turquesa de ese hombre. Ahora estaba confundido, ¿quién era él?
—Jefe, la ceremonia está por comenzar —anunció uno de los empleados abriendo ligeramente la puerta.
Asintió manteniendo el ceño fruncido caminando al lado del pelirosado sin siquiera saludarlo, tampoco se lo presentó al omega, cosa que este último lo dejó desconcertado.
—¡Haruchiyo! —la estridente voz de Emma casi lo hace saltar del susto, parecía que lo había estado buscando por todos lados como una maníaca —¡¿Qué estas haciendo aquí?!
El llamado Haruchiyo se encogió de hombros con un gesto de obviedad —Ellos están aquí, no iba a perder mi oportunidad para saludarles.
Emma llevo las manos a su cintura enfundada por un delicado vestido celeste acusándolo con la mirada de algo que Hanagaki no estaba del todo entereado.
