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6 meses.
6 meses habían transcurrido ido desde que se entero que estaba embarazado de su pequeña Gyō, y su pancita aumentó de considerable tamaño y los movimiemto se habían hecho más bruscos llegando a dar patadas. La primera vez que ocurrió estaban en el sala de estar y al sentirlo le gritó a Mikey que se acercara rápido tomándo su mano, colocándola sobre su ropa.
Los ojos negros destellaron de emoción acercando su cara para hablarle y a la parecer a la bebé le gustaba la voz de su padre, puesto que reaccionaba con fuertes patadas.
Ahora estaban los dos sentados el uno al lado del otro con las manos entrelazadas disfrutando de los sonidos que el bosque les podía ofrecer. Durante unos días habían decidido salir a algún lado en compensación de que nunca tuvieron una luna de miel como tal.
Lo que Mikey no esperaba era que Takemichi arrastraría a Azami, y que su sobrina llevara a una invitada más. Sus escandalosas risas arruinaban el ambiente romántico.
—... ¿Tenías que traerlas? —le preguntó fastidiado.
—¿Estás diciendo eso de de nuevo? —soltó una risita —. Míralas, están creciendo; es un momento difícil de exámenes y necesitaban un descanso.
En realidad sólo le había preguntado si quería ir a ella, jamas espero que llevaría a Senju y tampoco se imaginó que obtendría el permiso tan rápido.
—Oye Azami, ¿a dónde van? —alzó la voz el mayor al ver que se comenzaban a alejar de la cabaña —. Juegue por aquí cerca —sonó estricto pero técnicamente fue ignorado por las adolescentes —, él irse así es una falta de respeto.
—Ah, tío, ¿por qué estas actuando así? —le dijo girando su cabeza hacia ellos —. No soy una niña pequeña.
—Entonces no deberías haberme seguido —replicó molesto.
La mirada turquesa de Senju le analizaba para después envolver sus brazos en la cintura de la alfa dejando su barbilla sobre el hombro ajeno —Entonces, no es una falta de respeto besarnos frente a ti, ¿verdad?
—¡¿Qué?! —gritó exaltado, ¿desde cuando esas dos eran pareja?
Takemichi parecía igual de asombrado que su esposo.
—No iremos demasiado lejos así que no te preocupes.
Agitó su mano arrastrando a Senju consigo lejos de ellos, dejando al rubio con las palabras en la boca.
—... ¿Todos los jóvenes son así en estos días? —farfulló sacándole otra risa al pelinegro —Siento como si me hubiera convertido en niñera.
