¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NAVIDAD
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un mes después 24 de diciembre, 1983
La música fue silenciada por la puerta cerrandose con brusquedad, Steve me tenía sujetada con fuerza de la cintura mientras mis manos despeinaban su cabello.
—Nos vamos a perder la fiesta —dijo el castaño entre besos.
—En este momento, no me está importando mucho —gemí sintiendo como repartía besos por mi cuello.
Avanzamos hasta la cama con cuidado tratando de no caer, la luz de la calle entraba muy tenuamente por la ventana cubierta con cortinas. Steve fue cuidadoso al subirse sobre mí mientras seguíamos besándonos y sentía sus manos frías por mis piernas.
—Permiso Teddy —le dijo al peluche que había sobre las almohadas.
Al despertar en la mañana, papá me había sorprendido con un regalo en sus manos insistiendo tanto en que lo abriera que no tuve otra opción, encontrándome con el oso de peluche. Comenzó a relatar que había extraviado uno igual en uno de los viajes familiares hace mucho tiempo y le había sorprendido tanto haberlo visto en una vitrina que no dudo en comprarlo.
—Oye —reí al ver como el oso volaba hasta el otro lado de la habitación —No trates mal a Teddy.
Los besos siguieron, las manos de Steve comenzaron a desabrochar la parte delantera de mi vestido y continuo dejando caricias por mi pecho. Veía su sombra mientras quitaba su camisa, el ambiente era cálido y cada beso que dejaba sobre mi me hacía sentir que estaba en otro lugar pero se detuvo al oír unos pasos por el pasillo. Nos quedamos en silencio tratando de escuchar y los gritos de mis primos jugando se hicieron presentes.
—Debemos volver —dijo suspirando.
—Pero no quiero —me apoye en mis brazos, elevandome y llegando a su altura —Nos quedemos aquí...
