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ACTO DOS. CAPITULO TRES.
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FIESTA
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Estaba saliendo de la ducha cuando el teléfono comenzó a sonar, corrí con cuidado hasta la habitación de mis padres tomando el apartó. Cómo había dicho antes, Steve había llamado para confirmar que pasaría a las nueve a recogerme y tenía que estar ya lista, al colgar marque el número de la casa de los Wheeler.
—¿Hola? —contestó un hombre, supuse que era Ted.
—Hola señor, ¿Se encuentra Nancy?
—Un segundo —dijo, escuché como había intentado tapar el teléfono mientras le gritaba a su mujer por mi amiga —No se encuentra en casa.
—Bueno, entonces dígale que Sam llamo y necesito hablar con ella —corté.
En las dos horas que tenía para prepararme no recibí ninguna llamada
Comencé maquillándome primero antes de ponerme la ropa para no ensuciar nada. Mi disfraz consistía en una blusa blanca y una falta del mismo color, acompañado de un listón negro en el cuello. Habíamos decidió con Steve vestirnos como la película de Tom Cruise, Risky Business porque era algo no tan elaborado pero que lograbas entenderlo si la habías visto.
A las nueve en punto Steve estaba tocando bocina, tomé la mochila con ropa y algunos cuadernos para el día siguiente y bajé las escaleras rociándome perfume por última vez. En la entrada vi a mi madre esperándome de brazos cruzados mientras la cabeza de mi padre se asomaba desde la cocina.
