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ACTO DOS. CAPITULO DOS.
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HALLOWEEN
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A la mañana siguiente me encontraba tomando mi desayuno tranquila, podía entrar más tarde de lo normal y Steve no había tenido que pasar a recogerme. El reloj avanzaba lento mientras terminaba de comer las tostadas que había preparado junto al café.
Termine de lavar lo que había usado y revisé la mochila que había dejado preparada, tenía planeado caminar hasta la escuela, fui hasta el baño para arreglarme una última vez cuando escuche el timbre de la casa.
—Charles... —Dije abriendo la puerta y encontrándome con mi amigo — ¿Qué paso? Dios... —Rápidamente me hice a un lado dejándolo entrar.
—No es nada, lamento llegar así sin avisar —contestó apenado.
—¿Qué no es nada? Tienes el maldito ojo morado.
Ambos avanzamos hasta la sala donde se sentó en el sofá grande, me había sorprendido tanto verlo que no había notado que traía con él un bolso mediado.
