4. 𝐂𝐮𝐥𝐩𝐚

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La desorientación de su entorno fue lo primero que Sasuke experimentó cuando abrió sus ojos. La extraña sensación de familiaridad lo confundió por un segundo cuando todo lo que miró fueron árboles en lo profundo del oscuro bosque en medio de la noche.

Algo se removió a su lado y parpadeó, comprendiendo exactamente dónde estaba.

Sasuke Uchiha se encontraba recostado sobre el suelo del bosque, Naruto había ido al baño y Sakura en algún punto de la noche terminó sobre su hombro dándole la espalda.

Un suspiro salió de ella y miró sus rosados cabellos largos azotando contra su cara, olía a cerezas.

Observó cómo levantaba su brazo para frotar sus ojos:-. Creo...que me quedé dormida. -bostezó.

Desorientado, podría jurar que esa no era la Sakura que recordaba, no era quien lo confrontó en la guarida de Orochimaru. Una Sakura más grande, piernas largas, cintura estrecha, ojos grandes y conocedores. Una Sakura más grande.

¿Porqué sonaba tan aniñada?

Su propia mano dió al nacimiento de su cuello, recordando algo alarmante y notó rápidamente que no había ninguna marca.

¿No se habían enfrentado a Orochimaru en algún momento?

-¿Qué demonios? -tronó, desconcertado.

Selló sus labios de inmediato al escuchar su voz grave y profunda. No era su voz de un chico de doce años.

Sakura se sentó de golpe. Uno de sus ojos abiertos de par en par estaba amoratado, su cabello era muy corto. Algo extraño porque él no tenía la marca maldita. La culpa floreció cómo una vieja conocida en Sasuke al verla tan claramente antes que la razón.

Ella parpadeó, balbuceando:-. ¿P-Porqué estás usando un jutsu de transformación?

La manos del Uchiha fueron a su cuerpo, dándose cuenta que en efecto, no tenía la edad que pensó. Se puso de pie en un segundo cuando ella hizo lo mismo, dudosa, incluso alarmada.

Tenía toda razón de estarlo. ¿Cómo llegó a ese bosque y porqué Sakura estaba ahí en ese estado? Miró a sus alrededores, la oscuridad parecía emanar de cada dirección como recordaba.

Sin pensarlo dos veces la agarró por ambos brazos y la levantó hasta que estuvo de su misma estatura, ignorando la inhalación profunda de la niña y los ojos bien abiertos.

-¡¿Qué estás haciendo?! -chilló, asustada.

¿Qué está pasando?

Confuso la puso de nuevo en el suelo y tiró de algunos de sus mechones, pasando de los manotazos de la chica indignada. Pellizcó una de sus mejillas con algo de fuerza y ella aulló, atónita; se sentía tan real que empezaba a darle miedo ¿Acaso era un genjustu?

-¿Quién eres? -exigió.

La niña de cabello rosa se puso colorada y lo empujó:-. ¡Esa pregunta es estúpida! Estábamos buscando a Naruto y de repente te haces más grande. -su voz bajó y de repente, añadió:-. A menos que no seas Sasuke.

Claro que Sakura siempre fue una ninja perspicaz. Sus ojos viajaron a todo él y se detuvieron en su cuello, alarmados.

Se alejó unos cuantos pasos, enseñándole los dientes:-. ¿Quién eres? -exigió.

No se perdió del miedo que tenía en los ojos. Posiblemente creía que era Orochimaru.

Se enterró las uñas en sus palmas, mordiendo el pequeño pinchazo de la carne abierta, pero seguía en ese bosque, debía ser un sueño.

𝘙𝘦𝘭𝘢𝘵𝘰𝘴 𝘊𝘰𝘳𝘵𝘰𝘴 ❊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora