𝘙𝘦𝘭𝘢𝘵𝘰𝘴 𝘊𝘰𝘳𝘵𝘰𝘴 ❊

5. 𝐂𝐚𝐛𝐚𝐫𝐞𝐭

-A ellos les gusta la carne joven, jugosa y fresca, de preferencia chicas jóvenes entre los diecinueve y veintitantos años.

-No te recomiendo salir tan tarde de casa, querida. Nunca se sabe cuándo es que esos monstruos pueden atacarte.

Frases como aquellas eran consejos de vital importancia para jóvenes de sonrosadas mejillas cuya inocencia era guardada hasta el matrimonio, un calvario en esa época. Las chaperonas no permitían que sus sobrinas, nietas o hijas estuviesen por ahí en compañía de un hombre sin haberse casado antes...y antes claro de que comenzarán los avistamientos de cadáveres sin una sola gota de sangre en el cuerpo. Como si hubiesen succionado no solo el líquido rojo si no su alma en sí.

Jóvenes que desaparecían y jamás volvían a casa, cuya familia pasaría años llorando su muerte o desaparición sin consuelo.

Sin embargo, chicas de veintitrés años cuya virginidad entregó al primer hombre que le habló con suaves palabras y buenos tratos que corrieron de su casa por manchar la reputación familiar terminó trabajando como bailarina de cabaret en el Le plaisir est pour moi. Un lugar donde hombres adinerados compran la compañía de una joven por algunas horas y en ese tiempo puede hacerle lo que quiera; una situación que asqueaba a Sakura Haruno de sobre manera.

Desde hace un año tuvo que hacerse a la idea de sobrevivir en mundo duro después de su inocencia perdida debido a la sonrisa elegante y valiente de Naruto Uzumaki, el hijo del alcalde. Un hombre cuyas promesas nunca eran cumplidas y terminó casado con una adinerada señorita del extranjero.
Con su corazón roto y después de confesarse ante sus padres, estos la abandonaron; en esa sociedad, era de vital importancia la imágen pública, por lo que la joven e inexperta que suspiraba llena de amor y futuros hijos de apellido Uzumaki a todas sus amistades con tanta premura, no se guardó. El mundo susurraba lo que había sucedido, intuían el porqué Sakura Haruno no asistía a las fiestas y no hacía presencia alguna en eventos sociales de la mano de su padre o madre. La vergüenza se comió viva a su familia y su padre la echó de su casa sin un apellido al que recurrir para conseguir algo más de respeto, solo un cuerpo joven y apenas maduro al que podía sacarle provecho.

Y eso fue lo que hizo.

Duros días pasaba con hambre y miedo en la calle hasta que una mujer de cuerpo exhuberante enfundada en un minúsculo corset que hacía saltar sus pechos llenos, maquillaje decadente y un peinado que acariciaba un largo cuello blanquecino y apetecible la encontró. El trato fue simple: Sakura pasaría a ser una de las chicas de lady Tsunade Senju, una solterona sin reputación que era el foco de atención en los círculos sociales mimados debido a sus tórridos romances con hombres mayores, en el cabaret de la ciudad.

Aprendió un sin fin de cosas emocionantes, aterradoras y degradantes para hacer y lograr obtener algo de paga al finalizar el mes. Limpiar el local y bailar para los hombres era lo más suave que podían hacer las chicas, puesto que había ocasiones en las que volvían aterrorizadas de los veteranos de guerra y hombres violentos, eran violadas y traumatizadas a tal nivel que Lady Tsunade se encargaba de ellas unos meses antes de tener que despedirlas por su poco aporte al trabajo, y jamás se volvía a saber de ellas.