La tonta y la mentirosa

2.5K 234 83
                                    

¡¡¡Hola a todos!!!, espero que les guste la longitud de este capítulo 🙃

Creo que necesito recordar un par de cosas de nuevo; pero ante que nada un gran y alegre agradecimiento a la gente que me ha apoyado desde el principio, ahora si:


Los elementos de la historia pueden molestar, eso está totalmente bien, así que si te sientes incómodo puedes dejar de leer y además no tienes que dejar comentarios.

Etiqueta de advertencia para este capítulo: pensamientos oscuros (rozando el suicidio), breves representaciones de violencia, menciones de violencia.

Chic@s...😅 dicho esto, saltemos desde el acantilado, ¿de acuerdo?

***

Al principio todo era tranquilo.

Caminaba por un prado, un sombrero hecho de pajas ayudaba a que su piel blanca se mantuviera protegida de los rayos del sol. Podía oír el sonido del agua que corría cerca, el canto de los pájaros, el olor fresco de la hierba...

Sólo que no duró demasiado ese agradable paseo.

En un abrir y cerrar de ojos, todo estaba oscuro y un olor a quemado hizo que sus sentidos se volvieran locos. Había fuego alrededor, gente corriendo y gritos, el caos...

Miró a su alrededor desconcertada y llamó a la persona que más quería:

- "¡¡¡Kara!!!"

Lena se despertó sobresaltada en su cama, sola.

Había salido el sol y la cama estaba fría. Había empezado a tener este tipo de sueños después de que Kara se fue y cada vez era peor. ¿Por qué tenía esos sueños? ¿Por qué todo tenía que acabar de forma tan sombría?

Gimió y se frotó los ojos. Había echado mucho de menos a Kara. Sólo habían pasado un par de días, pero cada vez que se despertaba o se acostaba sola no podía evitar que ese sentimiento de melancolía la invadiera.

Y las cosas tampoco iban mejor en el trabajo. Todo era un caos, las calles y la gente estaban en apuros. Había susurros ominosos sobre un desastre premonitorio y miradas secretas en cada esquina, todo parecía una bomba de relojería. Lena no habría dudado en encargarse de cuidar y arreglar las cosas, pero ahora que se sentía tan cansada de todo lo que había pasado, quería que todo se detuviera. Quería un tiempo a solas consigo misma, preferiblemente con Kara; podrían escaparse una semana o tal vez un mes, o tal vez no necesitaban volver a sus vidas actuales, nunca.

Suspiró y abrió los ojos, dio vueltas hasta que sus ojos se encontraron con la almohada que Kara había usado la última vez. Apretó la almohada contra su pecho e inhaló profundamente el reconfortante aroma de su compañera.

Su compañera. Su futura esposa.

Teniendo en cuenta la frialdad con la que se trataron cuando se conocieron, esto, ahora, parecía un sueño. Pero no era un sueño, se habían apareado hacía apenas unos días; era una noche que Lena iba a recordar para siempre. No porque fuera una sesión apasionada de marcado y anudado, sino porque fue muy emotiva. Fue más que un apareamiento, fue como si sus almas se hubieran unido. Al igual que había leído en los diarios de Lex todos esos años atrás, el sentimiento estaba más allá de la comprensión de las emociones humanas. Esa devoción, esa comprensión, la forma en que se desnudaban la una frente a la otra...

Sus dedos encontraron y acariciaron lentamente la marca de apareamiento y volvió a suspirar.

Volvió a rezar en silencio para que Sam, Alex y Kara regresaran sanas y salvas. Ya no se podía volver a la normalidad, la normalidad era un término relativo, pero todos debían encontrar su equilibrio una vez que estuvieran de vuelta.

NO PUEDO EVITAR ENAMORME DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora