3. Eres como Romeo, pero no Santos

2.3K 379 236
                                    




Leah

Mierda.

La verdad no sé cuánto tiempo llevo corriendo. No sé cuántos minutos tengo la mano de Han entrelazada a la mía para no detenerme. Sólo soy consciente que mis pulmones están a punto de explotar por el sobre esfuerzo y ni así hemos logrado huir del guardia de seguridad, que al parecer tiene una muy buena condición física.

Las películas me engañaron.

Hemos estado rodeando la propiedad del instituto un poco más de siete veces y es posible que nuestras caras ya hayan sido captadas por las cámaras, aunque el chico que se encuentra un poco más adelante que yo, ha sabido esquivarlas muy bien.

Doble mierda.

Sabía que iba a ser mala idea venir al instituto tan tarde, que debí haber esperado hasta mañana para poder probar la piscina, pero sin poder aguantar un poco más las peleas con mi madre, usé el único método de escape que podría escoger alguien como yo.

Obligándome a dejar de pensar.

Desde que era niña, exactamente desde los ocho años, he vivido con una inimaginable cantidad de pensamientos en mi cabeza que nunca descansan, ni un sólo día. Muchos pensarán "¿tienes personalidad múltiple?" y la respuesta es siempre "no", simplemente funciono diferente a las demás personas, a un ritmo mucho más acelerado.

Luego aprendí que podía controlarlo, o por lo menos, intentarlo. La presión de supervivencia me ayudaba a que todas las voces llegaran a un mismo acuerdo, seguir viva. En el agua pasaba eso. El tema de natación no sólo trataba de llegar a la meta, si no esforzarte a cumplirla, sobrevivir a tantos metros y no ser capaz de parar en ningún sólo momento. Eso me servía.

Pero con la interrupción de Han ante mi intento de desconexión con el mundo y conmigo misma, las diferentes voces volvieron y ahora no sabía controlarlas, sin mencionar que la ansiedad de ser descubierta ocasionaba un incremento de desesperación.

Quarterback de mierda.

—Ya... basta... No doy más —jadeo exhausta. Tiro mi mano para zafarme de su agarre y sostengo mi cuerpo en mis rodillas para intentar aspirar un poco de oxígeno que no quemen mis pulmones— Es mejor que nos atrapen... Pero yo no voy a correr más.

—Na-ah —hace un sonido de negación— Mis notas son buenas y soy capitán del equipo de fútbol, no puedo dejar que manchen mi historial académico con una negativa. ¿Estás loca?

Me asombra el hecho que no se le muestre ni un poco cansado cuando yo estoy a punto del desmayo. Ni siquiera se nota un jadeo de su parte, su respiración sigue casi igual aunque un poco acelerada, pero nada más.

Deportista idiota.

—¡Loco fuiste tú por obligarme a escapar del guardia! ¡Yo quería quedarme a explicar!

—¿Y arriesgarte a perder tu beca? —pregunta, sorprendiéndome. ¿Cómo rayos sabe de eso?— ¿Qué? Todo el instituto sabe que estás becada, Wiley —añade sin mirarme, precavido en ver a mi espalda por si viene el guardia.

—¿Cómo lo saben?

—El blog del instituto lo publicó en la mañana —menciona en un tono obvio. Esta vez si gira a verme, noto que frunce el ceño ante mi gesto extraño en el rostro— ¿No sabías que lo publicaron?

—No sabía que había un blog —señalo confundida— ¿Publicaron algo más? ¿Mi dirección? ¿Datos personales? ¿Registro médico?

—¿Registro médico? ¡No! En realidad es una página de chismes, pero casi nadie le presta atención. Muy pocas veces suben algo interesante.

Quarterback, fuck you [Español] | En cursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora