cuatro.

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Se había desmayado, Lalisa realmente se había desmayado.

¿Pero que clase de reacción fue esa?

— Mina, ¿que haces?

— Le tiraré agua.

— ¿Qué?

— Sí, se levantará si la mojo, funciona.

Jennie no pudo negarse ya que antes de que pueda hablar, su querida esposa ya estaba empapada en agua y gritando que se ahogaba.

Rodó los ojos y tomo el rostro de la menor.

— Amor, tranquila.

Y Jennie pareció reaccionar ante la voz de su pareja.

— Soñe algo tan loco. — susurro.

— ¿Sí?. — Asintió. — Cuéntame entonces.

— Soñe que teníamos un bebé.

Mina soltó una carcajada y Lalisa la miró confundida.

— Lili.

La pelinegra miró nuevamente a su pareja.

— ¿Si?

— Nosotros sí tenemos un bebé.

— ¿Q-qué?

— Sí, ven, quiero mostrártelo.

Lalisa, llena de miedo, logro tomar las manos de su niña y se puso de pie
Mina decidió quedarse en la cocina mientras la pareja subía las escaleras hacia su habitación.

Cuando lograron llegar y abrir la puerta, Lalisa sintió como sus piernas les temblaban al momento de ver a aquel adorable bebé rodeado de almohadas.

— ¿Cómo sucedió esto?

— Lo encontré en un basurero, él estaba solito, llorando y con mucho frío.

Lalisa se acercó a la cama y miró atenta al pequeño bebé.

— Es muy bonito.

— ¿Verdad que sí?

Sí, lo es, él bebé es hermoso pero no podían, ellas no podían tenerlo y Lalisa lo sabía.

— Cariño.

— ¿Si?

— ¿Sabes que no podemos tenerlo, verdad?

Jennie miró confundido a la menor.

— ¿Por qué?

— Él debe de tener una familia que lo está buscando.

— Lo encontré en un basurero, Lalisa.

La menor suspiró.

— Eso no significa que no tiene familia.

— Somos su familia ahora.

Lalisa negó.

— No lo somos, lo encontraste Jennie, no por encontrarlo nos pertenece, es un bebé, un ser humano, no algún collar o reloj que puedas quedarte por capricho.

— ¡No es un capricho!

— Amor...

— Pensé que querías hijos, dijiste que querías ser mamá.

Lalisa mordió su labio inferior nerviosa, su esposa estaba llorando y a ella no le gustaba verla así.

— Lo quiero, lo que mas quiero en la vida es formar una familia contigo.

— ¿Entonces por qué no aceptas este bebé?

— Porque no es nuestro Jennie, entiende por favor.

— Lo tiraron en un maldito basurero, lo dejaron a su suerte y anda a saber cuentos días estuvo ahí, con frío, con hambre, ¿y piensas en sus supuestos familiares?, si lo dejaron en un basurero es porqué no lo quieren.

— No saben como fueron las cosas.

— ¿Y tú sí?

— Lo que quiero decir es qué no puedes adueñarte de él, no sabes si alguien lo esta buscando, no sabes si lo secuestraron, si el que lo dejo ahí es de verdad la familia, no sabes qué paso y aunque tus intenciones sean buenas no puedes retener al bebé aquí como tuyo.

Jennie negó. Claro que podía, ella era apta para cuidar a un bebé, ambas tenían un buen trabajo, estaban bastante bien económicamente, tenían su propia casa y no tenían ningún tipo de problemas.

— Quiero quedármelo, se que puedo cuidarlo, le daremos una buena vida, lo amaremos como a nadie, él crecerá fuerte y sano, nos amará como sus padres y-

— Jen.— Lalisa la interrumpió, tomo delicadamente sus manos y entrelazó sus dedos.— Yo también quiero formar una familia, yo también quiero un bebé para amar, pero entiende que no puedes tomar a alguien que no es tuyo. Sí, hiciste bien en sacarlo de ese lugar, eres una mujer genial, una ser humano magnífica que cuidó del bebé, pero quizás hay alguien ahí afuera que lo está buscando, ¿y si el bebé fue robado y algo salió mal y por eso terminó en el basurero?, ¿te imaginas como puede estar su madre?, amor, tendremos nuestro bebé, te lo prometo, pero él no es nuestro.

Jennie abrazó a su esposa, estaba triste, muy triste.

Hace un tiempo, aproximadamente dos años, Lalisa y ella habían decidido adoptar, pero al ser una pareja del mismo sexo en uno de los países mas homofóbicos del planeta, claro que eso no fue nada fácil.

Buscaron, lo intentaron y esperaron mucho tiempo, aún lo siguen haciendo, luego de dos años ellas siguen esperando a que acepten sus papeles y puedan entregarle a un niño o niña, porqué ya no importa, hace un años ellas decidieron que quizás esperar por un bebé era muy complicado y decidieron adoptar a cualquier chico, de cualquier edad, pero eso también fue difícil.

Y Lalisa entendía, Lalisa sabia que encontrar a aquél bebé para Jennie fue una señal, que ella estaba ilusionada, pero lamentablemente no todo era un cuento de hadas, esa era la vida real y ese bebé tenía familia, independientemente de donde lo encontró su esposa, ese bebé tenía a alguien esperando por él.

Ellas no podían quedárselo.

交  ›  ¡TENEMOS UN BEBÉ! 𖥻JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora