交 › ¡TENEMOS UN BEBÉ! 𖥻JL

epílogo.

Soobin miró con molestia al niño delante suyo.

— Retráctate.

El chico conocido como Ren soltó una burlesca risa y negó para luego empujar al menor.

— No lo haré, sólo dije la verdad, no entiendo por qué te molestas tanto.

El pequeño pelinegro respiró para tranquilizarse. Recordó las palabras de su mami bonita, aquella que le enseñó que pelear nunca es una buena opción.

— Discúlpate.

Ren rió.

— ¿O si no qué?, ¿me acusarás con tus mamás?, por favor.

"Pelear no es bueno, Soobin, los golpes no pueden resolverlo todo, pero si es para defenderte, sólo en caso necesario, entonces sí puedes ir por los golpes"

Entonces Soobin entendió.

Este era un caso necesario, estaban molestando a sus mamás y Soobin no permitiría que nadie hable mal de aquellas dos hermosas mujeres que sólo le dan amor.

Y comida, también le dan mucha comida rica.

—Si no te disculpas te golpearé.

Ren volvió a reír.

— ¿Tú?, ¿golpearme?, ¿a mí?, cuéntame otro chiste.

Y entonces sin dudarlo, Soobin se tiró sobre el castaño.

(.....)

— Esta vez lo dejaremos pasar porque Soobin es un niño muy bien portado e inteligente, un excelente alumno, pero si esto se vuelve a repetir tendré que tomar otra decisión.

Jennie asintió rápidamente mientras observaba de reojo a su pequeño niño. Suspiró cuando vio una pequeña lágrima deslizarse por su mejilla.

— Muchas gracias señor, yo hablaré con mi hijo sobre lo que sucedió.

— Está bien, sólo espero que no vuelva a repetirse.

Sin más palabras Jennie tomó a su niño del brazo y con calma caminaron hacia la salida. Ninguno habló hasta que estuvieron en el auto.

— ¿Me dirás qué sucedió, Bin?

Soobin agachó la cabeza apenado mientras jugaba con sus dedos.

— Ese niño estaba hablando mal de ustedes.

— Cariño-

— Les dijo cosas feas, las insultó y yo no permitiré que hablen mal de ustedes.

Jennie sonrió levemente y con cariño acarició el cabello de su niño.

— No te estoy regañando, cariño.

(....)

— Al menos dime que ganaste la pelea.

— ¡Lalisa!

La mencionada soltó una tranquila risita y miró a su pequeño hijo, el cual sonreía con orgullo.

— ¡Le dejé el ojito morado!

— Ese es mi niño, demostrando quién manda.

— No le festejes la pelea, no es bueno que peleé.

— Pero se defendió, amor, nos defendió.

Jennie estaba a punto de objetar pero luego de unos segundos decidió mejor no decir nada al respecto.

Le gustaba que su niño se defienda, aunque no es fanática de las peleas sabe que su bebé no sufrirá de maltratos y podrá defenderse cuando llegue el momento, aunque sinceramente esperaba que ese momento nunca llegue.

— Vamos a comer, ¿sí?

— ¡Sí!

Vio como Lalisa rápidamente cargó al niño y fueron corriendo a la cocina.

Sonrió.

Estaba feliz, ahora eran una familia feliz y nadie le quitaría eso

Fin.