MEMORIA DE UNA VIDA PASADA Pausada Por Edicion

MEMORIAS DE UNA VIDA PASADA

Capítulo 15

Travis y yo seguimos hablando por varias horas luego de lo que me pareció una amenaza directa. Me interesé en saber más del asunto, muy a pesar de recién conocer al chico... tenía la fuerte impresión de conocer a la misteriosa pareja que le había ordenado hacer todo esto. Era una sensación abrumadora de saber quién estaba detrás de todo esto.

Mi mente parecía hacer un esfuerzo por proyectar una imagen difusa del responsable, pero a la vez inconclusa debido a que físicamente no sabía de quién se trataba. Me pareció por un momento que era mi alto nivel intuitivo el que intentaba mostrarme algo que ignoraba por completo; creí prudente sensibilizar a Travis, contándole la forma tan especial en que había conocido a Samantha, quizá si lograba tocar su corazón podría decirme algo de lo que fingía no saber, de eso que se callaba, ya fuera por obediencia o placer.

Mi plan dió resultado, hablamos de lo increíble que fue viajar a ese plano astral y lo asombroso que fue conocer ese espacio diferente de existencia. Pude adivinar por la expresión en su rostro, que también disfrutaba de mi relato y me sorprendió mucho escucharlo hablar sobre ese a quién creía conocer, ese con quién su mundo cobraba sentido.
Conocer el pasado de Pablo me ayudó a comprender mejor la motivación de sus actos pero no lograba estar seguro de su identidad aún.

-Lamento que las cosas tengan que ser así -dijo de pronto-, no soy una mala persona.

-Lo sé -contesté con serenidad-. Nosotros tampoco lo somos, pero no podemos dejarte ir, no hasta encontrar a Samantha o conocer al que te involucró en todo esto.

-Me toca la guardia -dijo Samuel detrás de mí.

-¿Cuanto llevas despierto?

-Lo suficiente como para saber que ya estás más tranquilo. Obedece a esa punzada en tu frente y ve a descansar -ordenó.

Samuel tenía razón, desde hace un rato una fuerte punzada en la cabeza me azotaba sin piedad, era como una fuerte migraña que dolía sin cesar.
Tan pronto como me acosté, caí en un profundo sueño y de nuevo me envolvió esa voz neutra y pausada que había escuchado antes.

«¡NO TIENES IDEA DEL PODER QUE TIENES! NO LOGRAS DIMENSIONAR EL ENORME PODER QUE POSEES...»

Mi mente pareció perderse en un umbral oscuro con destellos eléctricos a mi alrededor. Me sentía caer como en una especie de abismo sin fondo.

«Tienes el poder de comunicarte con los árboles».

Continuó diciendo la voz.

«Puedes comunicarte con los animales, los insectos, con el aire, con la Tierra, ¡puedes crear lluvia donde hace falta agua!.
Puedes comunicarte con todo, pues todo está conectado contigo».

«Querido Héctor ¿crees acaso que los antiguos ancestros hacían la danza de la lluvia pidiendo con duda? ¡NO!. Ellos hacían llover, su voluntad, deseo y poder traían el agua cuando hacía falta».

«Tú también tienes ese poder, tú también puedes comunicarte con tus ancestros y pedirles que te guíen, ellos están esperando que lo hagas.
Pídele a tu Espiritu que te revele lo que deseas saber».

«Pide a tu guía espiritual y se te ayudará.
Eres un Ser Maravilloso, tienes un poder inmenso, no tengas miedo de comunicarte, ¡toda esa energía yace dentro de tu plexo solar esperando a que la desates!»

«Aunque no sea lo que te enseñaron y te dé miedo cambiar tus creencias, tus patrones mentales, aunque el dogma intente bloquearte, es momento de que salgas de la caja de pensamientos que construyen tu "realidad" ilusoria.
¡INVESTIGA! Tú tienes el poder de sanar y sanarte, no dejes que el miedo al qué dirán te prive de tus poderes.
¡Sé libre! ¡Rompe las cadenas que te atan de una vez por todas! ¡Brilla, resplandece...!»

«Es tiempo de que amplíes tu realidad. Tú eres un Maestro de la luz, tú creas tu realidad, tú eres el nuevo humano, usa tu poder, llena de luz tu Gaia.
Lleva luz a todo aquel que la necesite y vive como un maestro que es lo que realmente eres.
¡Date cuenta, tú eres la energía del "SER"!»

«Rompe las cadenas querido, tu nombre cósmico es conocido en el otro lado del velo y eres inmensamente amado y protegido por un ejército de luz que no descansa, ayudándote en tu trascender hacia los Reinos Superiores de Conciencia».

Aquella voz pareció perderse en la inmensidad del espacio donde me encontraba y entonces, el rostro apareció de pronto. Tan peculiar e imposible de olvidar que me pareció estúpido no poderlo recordar antes.
Se trataba del tipo que nos había seguido la primera vez en el parque, esas marcas en su rostro tan llamativas me lo dejaron claro.Entonces comprendí por qué Travis nos siguió, en lugar de hacerlo él mismo.
Imprevistamente desperté, pero aún no abría los ojos, solo mi mente era consciente del espacio que me rodeaba y sentí mi cuerpo balancearse todavía, como si en verdad hubiera viajado de manera física y mi cuerpo estuviera terminando de asentarse en su lugar.

Por su parte Samantha, recobró un poco de la fuerza que tenía perdida, lejos había dejado aquel lugar donde estuvo cautiva y se decidió encontrar ayuda como fuera posible. Solo tenía que hacer una llamada al celular de Samuel y eso se propuso a hacer, deambuló por las calles entre llantos y gritos desconsolados; escombros de lo que habían sido viviendas o departamentos la rodeaban.
Pedia en medio de aquel alboroto una llamada, mientras avanzaba con determinación obteniendo solo miradas despectivas como única respuesta.
Su estado actual le hizo sentirse como una especie de zombie; caminando sin rumbo y sin nadie a su lado que le ayudara a curar sus heridas. Un hombre en estado de shock era atendido por paramédicos y bomberos quienes intentaban desesperadamente liberar sus pies de lo que había sido un poste hecho de acero.

Cuando sus ojos vieron una oportunidad de recibir ayuda se abrieron a tal grado que casi saltaron de sus cuencas. Un oficial de policía reportaba un posible riesgo de colapso en estructura metálica cerca de la línea ferroviaria, del servicio de transporte colectivo "metro" se veía comprometida debido al inminente colapso de una enorme viga de metal.
Samantha se acercó al hombre y pidió hacer una llamada desde el teléfono personal del oficial pero este se no tenía señal.

-Híjole damita, se la debo -dijo el hombre a modo de disculpa-. Nadie tiene señal ahorita.

-¡Pero necesito hacer una llamada urgente! -exclamó exasperada.

-Ora' si que una disculpa señorita, pero no le puedo ayudar y hágase para allá porque esto se puede caer.

Tan solo un par de cuadras más logró avanzar antes de sentir que las piernas dejaron de responderle. No sabía si en verdad la comunicación se había visto afectada o aquel hombre no tuvo intención de ayudarla. En cualquiera de los casos estaba sola y tenía que hacer algo para conseguir ayuda cuánto antes. Lo último que vió fue a una ambulancia acercándose y casi en seguida sintió el impacto de su cuerpo contra el suelo pedregoso mientras sus ojos se cerraban...