O Sole Mio - Sakura

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T/N

El hilo rojo, la historia afirma que aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse... pero nunca romperse.

Nunca creí en el cuento del hilo rojo, siempre lo vi solo como una fantasía de los enamorados y no soy de las personas que creen en supersticiones. Pero como siempre dicen, uno nunca cree hasta que lo vive en carne propia.

Jamás fuí de los chicos que se interesaban por las relaciones sentimentales con las demás personas, siempre me quedaba en mi pequeño círculo de amigos. Mis amigos tenían a otros amigos pero yo solo los tenía a ellos.

Mi vida siempre era repetitiva y monótona, la misma rutina de todos los días hasta que una persona hizo que toda mi vida cambiara de dirección.

Era como si esa persona hubiese sido enviada por los mismos ángeles para darle sentido a mi existencia. No importaba cuánto tiempo pasara, el destino siempre terminaba volviendo a unirnos de cualquier manera hasta en momentos que parecían imposibles.

¿Acaso en una vida pasada salve a un pueblo entero de ser aniquilado? O porque la vida me ha dado a una persona tan maravillosa que parece irreal.

Esa hermosa chica Japonesa que llegó a mi vida en un abrir y cerrar de ojos, no se cómo agradecerle a ella por ser la persona que le dio color a mi vida. Sakura, si estás leyendo esto, sabes bien que estoy hablando de ti.

Recuerdo la primera vez que nos conocimos. Estaba perdido en mis pensamientos, caminando por las calles del centro, sin rumbo fijo, cuando te vi por primera vez. Tu sonrisa iluminó el lugar y, por un momento, todo lo demás dejó de importar. No hablamos mucho aquel día, pero tus ojos, tus gestos, dejaron una marca en mí. Fue como si algo en el universo nos empujara el uno hacia el otro.

Pasaron los años, y nuestras vidas tomaron caminos distintos. Nos separamos, más de una vez, por razones que estaban fuera de nuestro control. Primero, fue tu mudanza repentina por el trabajo de tu padre. Después, mi traslado a otra ciudad para la universidad. La vida parecía empeñada en mantenernos alejados, pero de alguna manera, siempre encontrábamos el camino de regreso.

Recuerdo un momento particularmente difícil, cuando estábamos a punto de quebrarnos. Ambos estábamos pasando por un período complicado. Tus estudios te exigían más de lo que podías dar, y yo estaba atrapado en un trabajo que detestaba. La distancia entre nosotros, tanto física como emocional, se sentía insuperable. Peleábamos por cosas insignificantes, y cada discusión parecía ser la última.

Hubo una noche en particular que siempre quedará grabada en mi memoria. Era tarde, y estábamos en medio de una llamada telefónica, tratando de resolver nuestras diferencias. Las palabras duras fueron intercambiadas, y en un momento de frustración, colgaste. Me quedé mirando el teléfono, sintiéndome vacío y sin rumbo.

Esa noche no dormí. Me quedé despierto, preguntándome si habíamos llegado al final. Si todo el tiempo que habíamos pasado juntos, todo el amor que habíamos compartido, había sido en vano. Pero al amanecer, algo en mí se rompió. No podía dejarte ir, no sin luchar. Te llamé una y otra vez, hasta que finalmente atendiste. Hablamos durante horas, lloramos, nos disculpamos y prometimos que haríamos todo lo posible por arreglar las cosas.

No fue fácil, pero ese momento marcó un punto de inflexión. Nos dimos cuenta de que, a pesar de las dificultades, nuestro amor era más fuerte que cualquier obstáculo. Empezamos a comunicarnos mejor, a apoyarnos mutuamente y a valorar cada momento que pasábamos juntos.

One Shots [GG's x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora