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Capítulo 21

Y todo lo demás

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RENJUN

NOMIS

CUATRO MESES DESPUÉS

Renjun corre por el pasillo desde su habitación, con la cabecera de su cama agitándose detrás de él cuando dobla una esquina. La ropa que sujeta en sus brazos seguramente se está arrugando, pero se le está acabando el tiempo.

—Mierda, mierda, mierda... —de ninguna manera va a llegar tarde a su propia boda. No debería haber dejado que Yuta lo desafiara a un juego de beber en la fiesta de anoche. Qué gran error fue ese. Su cabeza estaba latiendo. Debería conseguir un tónico para eso, antes de la ceremonia.

Vuela por su lado del ala, maldiciendo a los arquitectos que decidieron poner a la familia real a un lado y tener los aposentos de los nobles al otro lado del maldito edificio. Renjun corre, esquivando a los apresurados sirvientes que llevan enormes ramos de flores, torres de platos y cualquier otra cosa que se haya acordado para la boda.

Por extraño que parezca, fue Taeyong quien más chilló cuando Renjun le dio la noticia. Junto con Yuta, Doyoung, Donghyuck, Jeno e incluso Jaehyun, diseñaron una ceremonia y todas las festividades que acompañan a una boda real. Renjun dejó la mayor parte a su familia y amigos (Donghyuck fue el planificador de bodas no oficial) y contribuyó cuando se trataba de colores, flores, comida y pequeñas cosas. Taeyong, Yuta y Doyoung se ocuparon de las invitaciones y de a quién, como Doyoung dijo amablemente, "les restregaba esta boda en la cara". Jeno y Jaehyun se encargaron de las decoraciones y Donghyuck supervisó todo.

Renjun pasa junto a borrones de verbena y espuelas de caballero que recubren las altas columnas del atrio delantero. Las enredaderas colgaban hermosamente, cayendo en cascada por las paredes, candelabros, coreopsis salpicando el verde como pequeñas estrellas doradas. Además de los colores oficiales de Nomis de verde intenso y dorado, se muestran brillantes toques de banderas y pancartas moradas y amarillas en los altos techos.

Todo esto para el día más importante de la vida de Renjun, y está tarde.

Abre la puerta de golpe frente a él, sin molestarse en llamar.

—¡Donghyuck! —grita.

El lord se levanta de donde estaba ocupado, aplicándose algo que parece polvo dorado en sus pómulos.

—¡Renjun! —advierte, viendo bien a un Renjun que se levantó de la cama mucho después de la hora apropiada de un príncipe—. ¡Tienes dos horas!

Renjun cierra la puerta detrás de él.

—Tienes que ayudarme —tira su traje sobre la cama de Donghyuck—. Me quedé dormido, y tengo un poco de resaca y...

—Destinos, cállate —Donghyuck abre un cajón de su tocador y saca una botella de algo transparente—. Primero, ponte ese traje. Yo me encargaré de todo lo demás.

Los hombros de Renjun se hunden por el alivio. Toma la ropa y corre a la delgada pared del vestuario para desvestirse.

—Gracias —respira, apresurándose a deshacerse de su ropa de dormir.

—¡Tarde! —Donghyuck regaña en su lugar. Renjun escucha que los cajones se abren y se cierran, sin duda Donghyuck está preparando todo lo que necesita para darle a Renjun un cambio de imagen adecuado—. Tarde para tu propuesta, tarde para la boda. Jaemin está en el exilio y te ganó.