Capitulo 17

19 4 13
                                    

Me pregunto si todas las sesiones con la psicóloga terminarían en llanto, Sue dejaba que me desahogara con ella todo lo que hiciera falta, me deslizaba pañuelos de manera disimulada con una mirada tranquila que reflejaba años y tiempo de experiencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me pregunto si todas las sesiones con la psicóloga terminarían en llanto, Sue dejaba que me desahogara con ella todo lo que hiciera falta, me deslizaba pañuelos de manera disimulada con una mirada tranquila que reflejaba años y tiempo de experiencia. Hablábamos por la hora que tenia mi sesión, y salía con los pensamientos completamente cambiados.

Hacía tiempo que no me hablaba con Maxine, la esquivaba en toda la universidad, me alejaba lo mas que pudiera de ella. No tenia intenciones ni ganas de volver a hablarle desde entonces, me había echo amigo de otros de mis compañeros, lo que me venia bien para mantenerme aun mas alejado. No le contestaba los mensajes ni nada de eso.

Los días pasaban demasiado rápido trayendo el frio y la época de los exámenes mas difíciles. Eso significa estar mas tiempo encerrados y estudiando, pero eso no era lo único diferente, también estaba Ronnie. Todos los días regresaba tarde, agotada, subía las escaleras con una cara de cansancio y los pies haciendo demasiado ruido. No saludaba alegremente desde entonces, en las cenas se quedaba horas viendo un punto fijo, nos sonreía de vez en cuando.

Mi alimentación y cuidado iba bien de a poco, estaba acostumbrándome a terminar los platos, trabajar sobre mi autoestima e ir a la consultas con la dietética. Pero sabía que necesitaba algo mas.

Tucker iba quejándose en el asiento de atrás mientras yo conducía, y Paul me iba guiando.

—¿Por qué vamos a un gimnasio tan lejos? Literalmente tenemos uno a tres cuadras.

—Nadie te obligaba a venir.—dice Paul.

—Mamá siempre me recordaba lo importante que es el ejercicio para mi diabetes, y me la pase tan de vago este tiempo que seguramente vendrá a matarme si se entera.—dice recostándose mejor en el asiento.—Solo soy vago. 

—Tampoco es como que tengas mucho que quejarte, yo estoy conduciendo.

—Escuche que tienen buenos precios.—habla Paul, lo miro de reojo pero no digo nada, Tucker solo bufa como un niño pequeño y caprichoso cruzándose de brazos.

Minutos después llegamos al gimnasio, afuera era de color rojo, y en el cartel podía verse la imagen de dos modelos demasiado fuerte. El hombre sin remera y mirada intimidante, y la mujer levantando pesas, ingresamos al gimnasio caminando hacia el recepcionista, un hombre con demasiado bello facial haciendo garabatos.

En el interior había demasiadas maquinas, y en una parte había una zona donde había un grupo de chicas en plena clase de zumba. Se escuchaba la música en todo volumen y la profesora dando ordenes. 

—Hola, queremos inscribirnos.—habla Paul, el hombre alza sus ojos celestes observándonos con desinterés. Seguramente éramos un grupo bastante particular para notar, estaba Tucker quien miraba a las chicas bailar e intentaba imitar movimientos sin nada de éxito o coordinación, Paul quien se había puesto una bandana amarilla corriendo su flequillo y yo, bastante escuálido y recuperando de a poco el peso que debería tener.

Reggie  & Ronnie | [Heridas #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora