Little Devil

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— ¡Yongbok, vení acá!

Observó al niño correr hacia su hermano con los brazos abiertos, esperando ser cargado por el mismo. Y así fue, saltó y se aferró lo más fuerte que pudo a su cuello, escuchando las quejas de dolor del mayor mientras él se reía sonoramente junto al niño.

— Dejá de reírte y ayudame, Jisung.

— Ya voy, Minho, dejá de llorar. ¿No ves que el pequeño demonio se está divirtiendo?

Sonrió mientras apretaba las mejillas de Yongbok, quien seguía riendo a carcajadas, pidiendo ahora ser cargado por él, quien aceptó gustoso. Dejó un sonoro beso en su mejilla, haciéndolo reír nuevamente.

— Buena suerte cuidando al pequeño demonio. Y vos Yongbok, portate bien.

El niño asintió, pidiendo a su hermano que le de un besito antes de marcharse, haciéndolo después de voltear los ojos en fingido fastidio. Acarició su cabeza con cariño, para luego alejarse y gritarle la hora a la que vendría a buscarlo. Yongbok simplemente se despidió con la mano, mientras gritaba diciendo lo mucho que lo quería. Minho casi se largó a llorar ahí mismo.

Observaron al auto alejarse lentamente, sin despegar su vista hasta que ya no se distinguía bien por la distancia en la que se encontraba. Sonrió, deseándole suerte a su mejor amigo en su cita con Hyunjin en un susurro, mentalmente preparándose para escucharlo hablar por horas y horas sobre lo mucho que le encantaba aquel bailarín.
Bajó la mirada hacia el niño, quien ya no sonreía, y sólo veía el lugar por donde se fue el auto con tristeza. Sus ojitos estaban cristalizados, sin embargo, no soltó ninguna lágrima, pues Minho le había dicho una vez que no llorara porque eso le rompería el corazón.

Jisung apretó su agarre, haciendo un par de gestos con su cara en un intento de alegrar al menor, cosa que funcionó, pues dejó aquella mueca para convertirla en una hermosa sonrisa, tan brillante y cegadora como el sol, justo como el pequeño Yongbok era. Y, luego de un par de carcajadas, el menor ya tenía la energía suficiente para querer salir corriendo ni bien se bajara.

— ¿Estás listo para pasar la mejor tarde de tu vida?

Asintió entusiasmado, entrando a gran velocidad al departamento de Jisung, quien negó divertido, soltando un suspiro mientras sonreía enternecido y también emocionado, como Yongbok. Y es que le era imposible no poder encariñarse con él, de hecho, ya lo amaba desde el momento en que se enteró que la madre de Minho (alias, su segunda mamá) estaba esperando un bebé, que terminó siendo un precioso niño con pecas.
Al final y después de mucho insistir, consiguió una oportunidad para pasar el rato con él finalmente, y se aseguraría de que lo disfrutara al máximo.

— ¡Tío Minnie!

El mencionado soltó un jadeo, sorprendido al sentir aquel peso encima suyo, sin embargo, sonrió en grande y abrazó el pequeño cuerpo del menor con fuerza. Jisung observó aquella escena desde la puerta, enternecido, tratando de sacar una foto de la forma más disimulada que pudiera. Obviamente no lo fue, Seungmin se dio cuenta al instante, poniendo la expresión más seria que su rostro le permitiera. El mayor soltó una carcajada, encantado con la foto.

— La voy a imprimir y colocarla en mi escritorio.

— Te quiero ver intentándolo.

— ¿Me vas a castigar, cariño?

Le sacó el dedo del medio, intentando disimular con su estoica expresión el sonrojo que le provocó escuchar aquella frase con doble sentido, haciendo reír a Jisung nuevamente. Y tan metidos estaban en su mundo, que terminaron olvidando por completo la presencia del niño que observaba la escena, con ojos muy curiosos.

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