Drama

328 19 2
                                    

—Seungmin, yo... —tomó la palabra Jisung, observando sus propios pies—. Quería hablar contigo.

El mencionado asintió con una sonrisa, tomándole de la mano y guiándole hasta una banca desocupada en el parque. Se sentaron juntos, sintiendo sus corazones latir desenfrenados por la gran cercanía y los roces de sus manos. Se quedaron quietos allí por unos minutos, ninguno atreviéndose a hablar ni mirar a los ojos al otro.

—Seungmin. —Levantó la cabeza para verlo, mientras intentaba reorientar las ideas en su mente—. Yo... bueno, ¿cómo empiezo? Esto es más complicado de lo que parece.

»En realidad quería decirte que me gustas mucho, muchísimo, desde la primera vez que te vi. Sé que probablemente no te lo esperabas, yo tampoco, pero estoy aquí porque quiero soltarme, animarme y pedirte una oportunidad. Te prometo que seré el mejor novio del mundo y que cuidaré bien de ti, así que piénsalo ¿si?

—Jisung... —murmuró.

—No hace falta que me des tu respuesta ahora ¿está bien? Puedo esperar.

—Jisung, yo... —Tomó el mentón del mayor delicadamente, mientras relamía sus labios—. A mí también me gustas mucho.

Este lo veía atónito, mientras sentía la respiración de Seungmin mezclarse con la suya, cada vez más cerca de su rostro. Cerró los ojos por instinto, esperando paciente por el encuentro de sus labios. El menor no esperó mucho para hacerlo, acunando su rostro entre sus manos mientras lo besaba delicadamente, soltando algunos jadeos por momentos, ambos con el rostro caliente y sus corazones latiendo con fuerza en sus pechos. Por momentos se separaban para tomar aire, pero volvían a unir sus labios, cada vez con más desesperación.

Jisung estaba por sentarse en el regazo de Seungmin, cuando escucharon una voz conocida gritar a lo lejos.

—¡Seungmin hyung! —exclamó Jeongin, agitando sus brazos en el aire.

El rostro del mencionado se tornó pálida, mientras que el mayor rodó los ojos por la interrupción. Ambos voltearon a ver al menor con falsas sonrisas en sus rostros, cada uno por distintas razones. Afortunadamente Jeongin no se percató de ello, sólo se dedicó a apoyarse en sus rodillas mientras recuperaba el aliento después de haber corrido por quién sabe cuánto.

Una vez pudo respirar normalmente, levantó la mirada y observó a sus hyungs, con una sonrisa resplandeciente en su rostro. Ahí los otros dos se percataron de la mochila que cargaba el menor.

—Hola, Jeongin —Jisung habló entre dientes—. ¿Qué se te ofrece?

—¡Venía a darle un regalo a Seungmin hyung! —Abrió su mochila, sacando de ella una caja con chocolates—. ¡Me gusta mucho, Seungmin hyung! ¡Por favor, salga conmigo!

¡Espera un momento!

—¿Qué? —preguntó Hyunjin, con una expresión fastidiada.

—¿Cómo que qué? —Felix lo apuntó con el dedo, sus ojos tornándose rojos—. ¿Por qué metiste a Jeongin en esto? ¡Estaban por volverse novios!

—Claro que lo vi, no soy tonto. —Rodó los ojos ante lo dicho por su hermano—. Simplemente quería divertirme un poco, a nadie le viene mal algo de drama ¿sabes?

—¡Pues a mí me viene fatal, para que sepas! —exclamó con enfado el menor, cruzándose de brazos.

—Ay pero que amargado. —Volvió a rodar los ojos.

—Uy pues perdón por querer ver un final feliz, querido hermano. —Bufó con molestia—. Arréglalo de una vez.

—¿Yo? —Se apuntó a sí mismo con una sonrisa de incredulidad—. Hazlo tú si tanto quieres tu final feliz, a mí no me veas.

—Increíble... —murmuró, más para sí mismo que para Hyunjin.

¡Jeongin!

Todos voltearon al escuchar una cuarta voz gritar a lo lejos, viendo a Chan corriendo a la distancia.

—¡Oh, Chan hyung! —gritó de regreso el menor, saludándole con la mano.

Ignorando a los otros dos, Jeongin salió corriendo al encuentro del mayor, quien abrió los brazos invitándolo a abrazarle, cosa que el más alto hizo sin ningún problema. Jisung y Seungmin veían la escena sorprendidos, pues aún estaban en shock por lo que había sucedido anteriormente.

—Eso fue interesante —comentó Jisung después de un rato estando en silencio.

—Sí que lo fue —respondió Seungmin.

Una vez que perdieron a los otros dos de vista, voltearon a verse. Sus ojos se encontraron, provocando en ellos aquella sensación conocida como "mariposas en el estómago", mientras sus mejillas se ponían coloradas. Se tomaron de las manos con timidez, simplemente viéndose, ya no se sentían tan seguros como para continuar con el beso.

—Yo... uhm —empezó a hablar el menor nuevamente—. Jisung, ¿te gustaría ser mi novio?

El mayor iba a responder, cuando de fondo se oyó un trueno y una gran lluvia empezó a caer, mojándoles instantáneamente.

¡Boom!

—¡Ouch! —exclamó Hyunjin, sobándose el brazo víctima de los rayos ardientes de su hermano—. ¿Y eso por qué fue?

—¿Pues porqué más va a ser? —respondió con un tono fastidiado—. ¿Cómo se te ocurre empezar una tormenta? ¡Justo cuando Jisung iba a aceptar!

—Esa era la idea —contestó como si estuviese diciendo algo obvio.

El mayor volvió a gritar al sentir otro rayo de su hermano, esta vez en su frente. Rápidamente hizo aparecer un espejo frente a él, casi empezando a llorar al ver la marca tan grande y horrible que se formó allí.

—¿Pero qué demonios hiciste? —exclamó—. ¡Arruinaste mi perfecto rostro, maldito!

—Ahora ya sabes lo que se siente cuando te arruinan las cosas —dijo simplemente, con una sonrisa burlona en sus labios.

Ahora fue el turno de Felix de gritar adolorido, observando los rasguños que tenía en su brazo producto de las estrellas fugaces de su hermano. Lo observó incrédulo, mientras este ponía la misma sonrisa que él segundos atrás.

¡Te vas a arrepentir de esto!

Jisung y Seungmin observaban el extraño clima desde la ventana, pues por momentos llovía, nevaba, caían rayos o granizo de diferentes tamaños y en distintas direcciones. Sin embargo, a ninguno le importaba del todo, pues se mantenían acurrucados mientras veían una serie en la laptop del menor.

—¿Te gusta la película? —preguntó Seungmin.

—Está buena —contestó Jisung, más dormido que despierto.

El menor lo tomó con delicadeza y lo recostó en su pecho, mientras sentía como se acomodaba y cerraba sus ojos lentamente, su respiración tornándose más calmada. No le tomó mucho tiempo dormirse, sintiéndose a gusto en los brazos de Seungmin, quien besó su cabeza con cariño y lo cubrió con las sábanas lo mejor que pudo.

SeungSung StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora