Look Back

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— ¿No crees que ya es suficiente? No sos nada disimulado.

Rodó los ojos, con evidente fastidio. Sin embargo, su rostro se tiñó de rojo, pues, en realidad, tenía razón: no era nada disimulado (aunque jamás lo admitiría en voz alta).

— Cállate, Jeongin, tampoco soy tan obvio.

El contrario soltó una risa sarcástica, con una mirada divertida. Soltó un suspiro, sin borrar aquella sonrisa pícara que le dedicaba siempre que se ponía a negar lo evidente que era a la hora de observar a su crush. Volvió a rodar los ojos, aunque en el fondo también le hacía gracia lo estúpido que quedó después de conocerlo.

Kim Seungmin no era exactamente un chico muy experimentado en el amor, pues casi siempre se terminaba aburriendo de las personas que alguna vez llamaron su atención. Tampoco tenía mucha energía y ganas de mantener una relación, pues el compromiso y la responsabilidad afectiva eran cosas que lo aterraban. Lo único que mantenía toda su atención eran sus estudios, y los perros a los que debía cuidar después de clases. No había espacio para el romance en su ocupada agenda.

Claro, hasta que Han Jisung llegó a su vida, sin anuncio previo. Aún podía recordar con exactitud el día en que lo vio entrar por la puerta de su salón, con aquella sonrisa brillante y sus cachetes de ardilla, logrando hipnotizarlo de una manera que no sabía cómo explicar. Y desde ese día, le era imposible no dirigir su mirada hasta él.

Seungmin jamás había visto su salón tan vivo hasta que Jisung apareció, no sólo alumbrando su vida, sino también la del resto, que no podían evitar girar en torno a él, como si fuese el centro del universo, la estrella más grande y brillante de todas. Hechizó al mundo entero con su carisma y compañerismo, con su compasión y su forma divertida de ver la vida, con su talento y sus habilidades sociales. Seungmin no pudo evitar caer rendido ante él, Han Jisung, la estrella más brillante en su vida.

Aceptarlo fue un proceso mucho más fácil del que creía, pues su corazón gritaba tan fuerte su nombre, que era misión imposible tratar de negar los sentimientos que había desarrollado por él. Y es que ¿cómo no podría amarlo? Tan sólo hacía falta observarlo una vez, para darse cuenta de que ya no había manera de escapar de sus garras (y sus preciosas mejillas). Han Jisung era todo lo que podría buscar en una persona, su corazón no pedía nada más.

Sin embargo, y a pesar de lo mucho que le gustaba, para Seungmin era difícil lograr acercarse. Y es que era tan brillante como el sol, que el simple hecho de observarlo podría, de alguna manera, dejarlo completamente ciego. Y ardía tan ferviente, que un simple roce podría quemarlo sin piedad.
Tal vez era una exageración, pero esa era la forma en la que se sentía, la razón del porqué se dedicaba a admirarlo de lejos. Él era como un girasol, su vida empezaba cuando Jisung llegaba con su poderosa luz, iluminando todo a su paso y llenándolo de la energía necesaria para poder avanzar con su día sin contratiempos.

A pesar de todo, él era feliz así, simplemente observando. No necesitaba nada más.

— ¿Te gustaría hacer el trabajo conmigo, Kim Seungmin?

— ¿Eh?

Sus ojos se abrieron por la sorpresa de ver a Han Jisung ahí mismo, parado, hablándole con aquella sonrisa radiante, como si no estuviera provocando un incendio dentro suyo.
Por inercia acercó su temblorosa mano a la mejilla contraria, pellizcándola, como si aquello determinaría si se encontraba alucinando nuevamente o en verdad estaba frente a él. Obviamente no lo pensó con claridad, llenándolo de vergüenza cuando su crush lo miró con aquella expresión de sorpresa, mientras sobaba su mejilla.

— ¿Por qué hiciste eso, Minnie?

— Pues, porque sí.

Respondió cortante, tratando de tranquilizarse y no perder la compostura ante aquel apodo. Carraspeó, observando a su compañero mientras ponía una sonrisa amable en su rostro, tratando de disimular los nervios que traía encima.

— Entonces... ¿dijiste que querías hacer el trabajo conmigo?

— ¿Eh? ¡Ah, sí!

Contestó, algo apresurado, como si apenas estuviera saliendo del estado de shock en el que se encontraba anteriormente. Y casi con la misma velocidad, regresó a su expresión amigable de siempre, con una sonrisa de oreja a oreja y un brillo particular en sus ojos. Se veía adorable para Seungmin.

— Me gustaría hacer este trabajo contigo, Minnie. Es que no soy muy bueno con las matemáticas y vos manejás mejor cálculo que yo. Espero que no te moleste.

Negó, con una sonrisa y un sonrojo no muy evidente, pero que no pasó desapercibido por Jeongin, quien se levantó de su lugar para ir a molestar a Hyunjin, y así dejar a su mejor amigo solo con su crush. En el fondo lo agradeció, pues estaba decidido a no dejar pasar esa oportunidad.

— Claro que no me molesta, es más, me gustaría que fuéramos pareja.

Jisung se atragantó con su saliva, golpeando con fuerza su pecho y tratando de ocultar lo rojo que le puso aquel comentario. No está de más decir que Seungmin estaba igual, por lo que se apresuró a agregar algo más y sacarse de encima la vergüenza que acababa de pasar.

— ¡O sea! Me refiero a pareja de trabajo, eso. Lo siento, te prometo que no soy tan estúpido.

Llevó una mano hacia su frente, frustrado y más avergonzado que antes. Nuevamente agradecía que Jeongin ya no estuviera al lado suyo, pues estaba seguro de que se burlaría de su desgracia por lo que quedaba del día (o quizás del año escolar). Antes de decir algo más, escuchó la risa de Jisung, logrando distraerlo un poco de su lío de pensamientos, aunque no borró aquel color rojo que pintaba sus mejillas. Lentamente retiró su mano para observar al contrario, quien estaba limpiándose un par de lágrimas que llegaron a salir de sus ojos.

— ¡Ay, Minnie! Tranquilo, no pasa nada. Gracias por aceptar hacer este trabajo conmigo.

Sonrió en grande, asintiendo. Tenía ganas de decir algo más, pero Jisung ya se estaba retirando. Soltó un suspiro, aquello había sido la conversación más larga que mantuvo con él.

Iba a regresar a lo que estaba haciendo antes, cuando de repente el chico con mejillas de ardilla se dio la vuelta, regresando frente a él con una sonrisa algo diferente a la habitual.

— ¡Antes de que me olvide, Seungmin! También me gustaría que fuéramos pareja.

Le guiñó el ojo, para desaparecer de su vista tan rápido como había llegado, dejándolo con el corazón latiendo a mil por hora. Llevó una de sus manos hacia su pecho, con los ojos abiertos y su cara teñida de rojo nuevamente, aún procesando lo que acababa de escuchar.

— ¡Espera! ¿A qué te refieres con eso? ¡Jisung!

[☀️]

¡Hola, Stay! Me presento, soy Joseph, un gusto :D he entrado al fandom este año y bueno, he decidido hacer este libro dedicado a uno de mis shipps favoritos del grupo. Espero que les guste y le den una oportunidad a mis historias de los chicos 💞 ¡Nos vemos pronto!

SeungSung StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora