Capítulo 2

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—¿Que se supone que se hace en este tipo de reuniones?

Kanao preguntaba curiosa mientras Tanjiro observaba detenidamente el vino que recientemente le habían dado.

—No lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes? Tú has estado en muchas reuniones de este tipo.

—Bueno, en eso tienes razón.

—Entonces, ¿Qué tanto hacen?

—Me conoces mi pequeña, sabes que siempre que algo me aburre estoy en mi mundo eh ignoro mi alrededor. Solo hablan cosas aburridas y de negocios... Supongo.

—Mmmm... Creo que en ocasiones no ayuda mucho que seas despistado.

—Estas en lo correcto.

La vista de ambos estaba posada en el gran jardín que tenía la mansión Agatsuma.

—Esta vista me trae pequeños recuerdos...

Él la miró. Ella estaba completamente metida en sus pensamientos o mejor dicho recuerdos.

—Aquella vez... En la que nos dio un poco de curiosidad saber a cerca del otro.

Tanjiro recordó inmediatamente ese momento, era imposible olvidarlo. Sin duda fue algo un poco... No sabía exactamente cómo describirla.

 No sabía exactamente cómo describirla

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—¡¿Por qué tengo que estar con él?!

Una pequeña niña de ojos violeta reprochaba acerca de su pareja para la excursión.

—¡Yo prefiero estar solo a estar con esta niña fastidiosa!

El siguiente en quejarse fue un pequeño de cabello color carmesí y ojos del mismo color.

—Niños... Ya les expliqué previamente que las parejas las hacemos con el fin de que los estudiantes comiencen a llevarse bien.

—¡Ni de loca me llevaré bien con él!

—¡Mucho menos yo! ¡Ella está completamente loca como su familia!

—¡¿Como me llamaste?!

—¡Genial! No sólo está loca, si no, también sorda.

—Lo ve profesora. ¿así quiere que me lleve bien con este inmaduro?

—Kanao, por favor-

—Te apuesto que puedo ser mucho más maduro que tú.

—Eso es imposible, seguramente eres una niña que todavía le tiene miedo a la oscuridad.

—Apuesto lo que sea a que eres tú el que le teme a la oscuridad.

—¡Tanjiro! ¡Kanao! ¡Ya fue suficiente! Ambos están lo suficientemente grandes para estas peleas de niños de 5 años.

La maestra sabía la rivalidad entre ambas familias, sin embargo, quería que tan siquiera sus hijos fueran amigos. No cabe duda de que eran idénticos a los padres.

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