Capítulo 3

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—Kanao Tsuyuri, ¿Tendrías la gran amabilidad de informarme por qué te encontrabas hablando con Kamado?

En cuanto la reunión había llegado a su fin, los padres de Kanao estaban furiosos.

No sólo les tomó desprevenidos que la familia Kamado estuviera involucrada en un negocio en el que harían millones, si no que también los invitados no paraban de hablar de la conversación que habían tenido Tanjiro y Kanao.

—Estábamos hablando de un tema escolar. ¿Acaso crees que me acercaría a él por gusto? — Nuevamente esa sensación se hacía presente. Dolor por hablar de esta forma a la persona que amaba.

—¿Acaso no podías esperar a estar en la escuela? Y para gran colmo. Toda la gente dice que te vió con una gran sonrisa mientras conversaban.

Ay no.

Sin duda, se había metido en un gran problema.

—Creeme que al hablar con él; lo que menos haría es sonreír.

De una u otra forma, tenía que sonar convincente. No podía darse el lujo de ocasionar algunos conflictos a su padre.

Y mucho menos, arriesgarse a que su padre descubriera su relación secreta.

—Más te vale hacer algo para que se muestre el odio que le tienes. No quiero meterme en problemas con periodistas e inversores que comparten el odio hacia los Kamado.

—¿Y qué quieres que haga? No hay razón para eso. Me da pereza hacer un plan para que algo le salga mal.

—Lo que sea. No te relaciones con él por nada del mundo.

—Lo que dices por obligación, lo hago por gusto. ¿Ya me puedo ir a mi habitación? Tengo sueño.

—Ya puedes irte. Y no olvides nada de lo que te dije.

Kanao subió inmediatamente a su cuarto, sin duda tenía que ver si el regaño de Tanjiro por parte de sus padres había finalizado.

Pero justamente al abrir la puerta, notó que su hermana Kanae estaba detrás de ella.

—Tengo muchas cosas que hablar contigo, Kanao Tsuyuri.

Genia.

Se libró de una para entrar a otra.

—Nee-san... Te lo ruego, tengo sueño.

-Nada. Tu y yo vamos a hablar, y si quieres esa personita también.

No quedaba otra opción,

—Pobre Tanji, él no tiene la culpa. -Dijo una vez dentro de la habitación.

—Ambos tienen la culpa y bien lo saben. Yo les advertí momentos antes.

Kanao tomó su teléfono y llamó a Tanjiro.

Desde antes tenía intenciones de hacerlo, pero ahora ya no quería porque recibirían un gran y largo regaño por parte de su hermana Kanae.

Hola Kana, ¿Qué tal te fue con tu regaño? - hablaba el kamado a través del teléfono.

—Ni bien ni mal, pero tú y yo ahora tenemos un gran problema con mi hermana.

Ehhh... Hola Kanae-san, ¿cómo estas?

Actuar como un niño bueno que no rompe ni un solo plato no te ayudará, Tanjiro.

Uy...

—En primer lugar, póngase cómodos que nuestra plática será muy larga.

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—Recuerden que los exámenes finales están cerca. Para hacer un mini repaso les asignare un proyecto, el cual se hará en parejas y antes de que digan algo, yo las formare.

Todos los alumnos de quedaron ante eso último.

Si bien, aquella maestra no era su favorita y todavía se le ocurre dejar proyecto antes de los exámenes... El odio que no tenía se lo había ganado en menos de cinco minutos.

Todo transcurrió con tranquilidad hasta que definitivamente la maestra la había regado según los estudiantes.

—Kamado y Tsuyuri, no me importa que se quieran matar cada que se cruzan... A mi me entregan un buen proyecto y punto final.

Todos quedaron sorprendidos.

Ningún maestro se había atrevido a tanto.

—Profesora... ¿Usted quiere ver el mundo arder? Esos dos no de toleran para nada.

Uno de los alumnos que se encontraba al frente le había susurrado.

—Tienen que aprender a separar la vida personal con lo académico. Es mi último palabra.

Los presentes en la aula tenían miedo de la pelea que podrían armar esos dos al final de clases, aunque eso no pasó.

Por otro lado, Tanjiro y Kanao habían hecho todo lo posible por tener una mala cara en el salón. Ambos amaban a esa maestra por dejarles un trabajo juntos.

Sus encuentros habían reducido desde que se había creado ese rumor, por lo que tener ese trabajo de excusa para verse era una gran noticia.

—¡Tanjiro, ya tengo excusa para verte! - Kanao había abrazado a su novio como si no hubiera mañana.

Se encontraban en la azotea, por eso podían actuar como la pareja melosa de siempre.

—No tienes idea de lo feliz que me hace eso. Después le enviaré algún detalle anónimo a esa maestra por ponernos juntos.

—Te copiare la idea.

—¡Hey! Busca algo más original y no me copies.

—No quiero.

Solo era un trabajo en pareja...

No podía crearse otro rumor de mayor gravedad... ¿Verdad?

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