7:30 de la mañana, tráfico, tardanza, molestia, sonido de los cláxones por el tráfico y Deidara en su moto maldiciendo a todos por el sonido anterior mencionado, realmente le dolía la cabeza solo escucharlo.
"Maldita sea...", Deidara odia este día, llegaría tarde a su trabajo, y todo por culpa de su estupida hermana. Santo Dios, su obsesión conque Deidara no tuviera pareja era cansado, su propia hermana era peor que una novia loca, ¿tener una? Estás loco, con su hermana era suficiente. Lo intrigante es que su hermana tan solo tenía 14 años, ¿por cuántos años se llevan? Deidara tiene sus 20 años, es joven, ¿qué hace trabajando?, debería estar en una universidad estudiando como loco. No podía, su abuelo no podía trabajar y la única persona que sustenta los gastos económicos es él.
Su abuelo, un jubilado con ascendencia coreana, ¿quién lo contrataría?, sin meter a su edad, absolutamente nadie, nació en corea del sur y su hija se casó con un japonés, ¿ya está más que claro que vino a Japón a regañadientes? Respondiendo a la primera pregunta, nadie lo contrataría, si hasta él siendo joven, le fue difícil conseguir trabajo, no negaría que más de una vez negó ser de ascendencia coreana.
Pero claro, su abuelo contándole una historia a él y su hermana de que venían de una antigua dinastía que tenía un montón de tierras, que eran como los líderes de cada provincia y muchas cosas que solo están en el libro de historia de corea; sinceramente Deidara creía que su abuelo contaba eso solo por darles el patriotismo de tener sangre coreana en un pais japonés, que era "algo bueno". Igual, coreano o no, ya recibe mucho con ser doncel que cumple el rol de un hombre en su casa.
Ahora ya conoces los problemas del Kamiruzu mayor, sin contar el acoso, discriminación, desprecio, hasta el racismo por ser rubio; seas blanco, negro, mestizo, ojos azules, marrones, verdes, ¡todos somos discriminados! Deidara lo sabía, le hacían la vida un infierno por su cabello y sus ojos, que no son nada tradicionales en Japón. A veces consideraba si es que realmente era coreano con sangre japonesa, ese cabello dorado solo lo tenía su madre.
Ya era tarde, su jefe le bajaría el sueldo, pensar en esto era un dolor nuevo para la cabeza del rubio; odia a los malditos japoneses con su fetiche de la puntualidad, no es que los coreanos sean muy considerados con el tiempo, ambos son iguales, pero eso no viene al caso, lo que odia es que su jefe sea el típico jefe japonés que aparece en los mangas, abusivo, totalitario, machista; "joder, muerase sólo por hoy", pensaba Deidara.
Cuando se percató, el problema estaba resuelto, a todos le dieron como un carnet para presentarlo a sus trabajos, era como una justificación por la tardanza. Claro que una justificación iba a salvarlo de que no le quitaran su día de sueldo, pero de la gritada, nada. Todo esto fue por un accidente que ocurrió, por una negligencia de la empresa de servicios, Deidara ya se imaginaba la cabeza de los ejecutivos rodar por toda la pista que anteriormente había tráfico.
Prendía su moto otra vez, mientras manejaba se detenía a mirar, ya nada era como antes; Shinsekai antes realmente era un desastre, ahora ya no contaba con la delincuencia de hace años, solo con gente perjuiciosa y conociendo a los japoneses, nunca les cambiarían ese pensamiento de que Shinsekai era un lugar peligroso por los robos y asesinatos; joder, eso pasó hace 10 años, y agradecía que Kurot nunca haya visto lo que fue antes Shinsekai. Porque el mismo rubio fue un desastre en su adolescencia, igual, ya no está para arrepentirse de algo que ya pasó, tratando de romper estereotipos estupidos, siendo impulsivo, nada bueno; ahora solo era un simple camarero, con un gran dote con las esculturas artísticas y pinturas.
Se puso el mandil de uniforme, una cola bien en alto, arreglarse el flequillo, para atender a sus clientes, ya recibió la gritada de su jefe y las ganas que le quedaron de tirarle el carnet en la cara para que cerrara el maldito hocico, pero no podía darse el gusto de que lo despidieran, ¿quién pagaría las cuentas de su hogar? El mismo que no quiso ir a una universidad por terco; el mismo que le gritó a Sasori, "No necesito ir a una puta universidad, Sasori". Claro, ahora su amigo ya acaba su carrera de artes en una universidad de la ciudad de Tokyo, y él acá... que vida más mala.
Cuando salió a atender a su clientes, se percató que había un chico mirando a la nada, ¿qué rayos le pasaba? Estaba algo pálido, cabello largo, negro, desordenado, desorientado; por su ropa se veía que no era de acá, pero se veía mal, era uno de los pocos clientes que estaba en la tienda a esta hora. Era un cliente, su deber era tomar su orden, ser respetuoso, sonreír, recibir el pedido, dárselo, que pague, y acabó.
-Buenos días, bienvenido, ¿cuál es su pedido?-el chico prestó atención al rubio, Deidara sonrió, el azabache le correspondió la mirada; el rubio se sorprendió, su mirada parecía muy apagada...
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Una nueva vida
FanfictionEste es el inicio de una nueva etapa de su vida, uno nunca imagina lo que el camino le depara, y mucho menos de quién se cruza en él. Desde cuidar a una familia en shinsekai, hasta pasar a la capital, Tokyo, reposando mientras miras a tus hijos crec...